En trabajos anteriores hemos definido maquina no en el sentido de un
instrumento de trabajo o de un artilugio técnico. La máquina es un sistema, no,
la maquina es el sistema. Lewis Mumford definió la primera gran máquina que
surgió en la era de las pirámides como la megamáquina, una “maquina invisible”
hecha puramente de partes humanas intercambiables.
“Hombres de
facultades ordinarias y que sólo contaban con su fuerza muscular y su destreza,
fueron capaces de realizar amplísima variedad de tareas, desde la alfarería
hasta los tejidos, sin más dirección externa ni otra guía científica que las ya
circulantes en las tradiciones comunes y en cada comunidad local. Pero lo que
hizo la megamáquina fue muy diferente. Sólo los reyes, asistidos por las
disciplinas de las ciencias astronómicas y respaldados por las sanciones de la
religión, tenían capacidad suficiente para juntar y dirigir esa megamáquina,
que era una estructura invisible, compuesta de partes humanas, vivas, pero
rígidas, aplicada cada cual a su tarea específica, a su trabajo, a su función,
para realizar entre todas las inmensas obras y los grandiosos designios de tan
enorme organización colectiva. Al principio, ningún jefe inferior pudo
organizar la megamáquina ni ponerla en funcionamiento; y aunque la afirmación
absoluta del poder real continuaba actuando como sanción sobrenatural, ni la
monarquía misma habría prevalecido tan ampliamente si sus propias pretensiones
no hubieran sido ratificadas por los colosales logros de dicha megamáquina.”
(Lewis Mumford. The Myth of the Machine: Technics and Human Development. Harcourt; 1st edition.1967)
Esta megamáquina se alimentaba de la esclavitud y de la conscripción,
lo que se lograba no sin gran esfuerzo y a lo largo de la historia están los ejemplos
de rebeliones de esclavos, desde los judíos en Egipto y Babilonia pasando por
la rebelión de Euno en Sicilia.
“Las partes humanas que componían la megamáquina eran, por naturaleza,
imperfectas; en consecuencia: no se podía confiar en ellas del todo, y menos mecánicamente.
Hasta que pudieran hacerse en cantidad suficiente auténticas Máquinas de madera
y de metal, que ocuparon el puesto de la mayoría de los componentes humanos, la
megamáquina siempre resultó vulnerable.” (Lewis Mumford. The Myth of the Machine: Technics and Human Development. Harcourt; 1st edition.1967).
Con el avance de la ciencia y de la tecnología la megamáquina fue
sustituyendo sus piezas humanas por piezas mecánicas. Toda esta tecnología,
toda la sustitución de las partes humanas móviles por partes mecánicas no ha
servido para liberar al hombre de la esclavitud de la máquina. En este estadio
“superior” de la “civilización humana” estamos asistiendo, a lo largo de muchas
décadas, al dominio de la máquina. Se vive, se trabaja por y al servicio de la
máquina. Por vía de consecuencia, aunque los humanos no seamos ya parte del
engranaje físico de la máquina, mantenemos la maquina en funcionamiento.
Esta megamáquina actual para continuar su movimiento perpetuo requiere
de un tipo especial de ciudadano: El habitante de la máquina.
Usted.
Para que este ciudadano, este habitante sea útil a la maquina debe
cumplir a cabalidad con sus funciones.
Educación.
El habitante de la maquina debe aceptar como bueno y valido los
preceptos establecidos por la máquina de la educación, esto es, por ejemplo: en
el “nuevo mundo” no hubo conquista, colonización y exterminio si no un
encuentro entre dos “culturas” que trajo como consecuencia que los indígenas
“barbaros” de estas tierras recibieran como recompensa su paso a un estado más
avanzado del desarrollo humano que se llama civilización. Túpac Amaru y Gerónimo
eran remanentes de un orden que se
resistía a aceptar el futuro y el progreso: el dominio del oro, el papel moneda
y el caballo de hierro.
Es importante que un ciudadano de la maquina crea, afirme y repita
esta concepción de la historia.
Inconformismo y moda.
Es importante, pero extremadamente importante que la maquina se
mantenga en movimiento perpetuo, violando la segunda ley de la termodinámica,
para eso se necesita un ciudadano inconforme. Un ciudadano que este siempre
deseoso de recibir nuevos estilos, nuevos placeres a través del lujo, por eso
la maquina ha hecho un gran esfuerzo en democratizar el lujo. En palabras de Gilles
Lipovetsky: “Es
innegable que existe una tendencia a la democratización del lujo en los
pequeños accesorios, los perfumes, las cosas de baño, todo eso está ampliamente
democratizado, pero cuando uno habla de democratización del lujo es algo que
uno tiene que repensar. Cuando uno es pobre o de clase media no considera el
lujo como una opción. Soy de un medio muy modesto y cuando era joven no sabía
nada del tema del lujo. Hoy, en cambio, no hay un joven que no conozca las
marcas de lujo. Hay una democratización de los nombres y las marcas, ellos los
conocen porque los ven en los medios, entonces existe el deseo de esa
apropiación”. ( http://www.analitica.com/va/arte/oya/6062820.asp)
Al prometer placer
infinito la maquina se permite mantenerse en funcionamiento, por lo tanto un
buen ciudadano modelo debe de ser inconforme y siempre desear más. Si usted
tiene varios pares de zapatos y sale un estilo de moda nuevo, siempre habrá
alguien que necesite, regale sus “viejos” zapatos y cómprese los nuevos. La
maquina seguirá respirando y así el año que viene o en seis meses lo
sorprenderá con unas zapatillas de ensueño que solo podrán ser creadas con el
aliciente que el habitante de la maquina las estará soñando antes de ser
creadas.
Repetimos aquí, a
riesgo de parecer reiterativos, para que quede como advertencia el habitante de
la maquina no puede ser un conformista. No es posible que usted posea un Ipad 2
cuando ya está el 3 en el mercado. Usted debe ser el motor, debe hacer lo
necesario para mantener el ritmo de desarrollo de la maquina no importa que su
auto 2005 este en buenas condiciones, su deber es cambiar al modelo 2012,
piense en las fábricas de autos detenidas por su conservadurismo.
Entretenimiento y deporte
La máquina del
entrenamiento depende mucho de la colaboración del ciudadano de la máquina. Que
usted no ha visto el último bodrio de Adam Sandler, usted no coopera con la máquina.
Su deber es ir todas las semanas a llenarse el cerebro con las boberías de los
guionistas, recuerde la calidad de la película no importa, total es para
entretenerse. El habitante de la maquina no piensa, solo ejecuta y consume. Con
consumir basta, la maquina hace el resto por usted. Como es posible que después
de una semana de trabajo usted todavía tenga que sentarse a desenredar una
trama complicada. No. Los guionistas de la maquina son tan buenos que se lo dan
todo servido, usted solo debe sentarse y gozar. Ah! Y no olvide los “snacks”
dentro del cine. Ningún habitante de la maquina va al cine y se sienta y ya.
No, refrescos y pop corns, es una buena combinación. Dañina, eso sí, pero ya la
maquina inventó el Sal Andrews. No se ocupe.
La máquina
deportiva requiere de un tipo especial de fanático. Vamos a tomar el ejemplo de
la FIFA. Usted debe apoyar a Brasil o a la Roja española, esas son las que
están vendiendo ahora. Que usted le gusta la selección de Ghana. Por favor.
Costa de
Marfil, bueno hay
esta Drogba, pero no basta para vender. Lo suyo debe ir de acuerdo con el
impulso de la moda y los tiempos, aunque sea deporte recuerde que para la
maquina poder brindarle buenos partidos necesita dinero y el dinero lo da la
publicidad y si Messi y Ronaldo venden, será Messi y Ronaldo y Alex Rodríguez y
Michael Schumacher. Quién? Nikki Lauda?.
Usted es un nostálgico.
Crédito y maquina
Como le decíamos
anteriormente la maquina piensa por usted. Si está pensando en que el lujo, los
autos y todas esas cosas no están al alcance de su mano, olvídese para eso se inventó
el crédito. Que usted lo desea? téngalo ahora y pague después. El habitante de
la maquina debe ser un deudor a perpetuidad, su primera PC 50 % de inicial. Su
primer auto 30 % de inicial, su casa 10 %. Y después que la casa esta paga que
cree: la máquina le da dinero por ella usted cambia su carro y se queda con la
casa pagando una suma mensual. Pero esos son solo pequeños ejemplos. El
habitante de la maquina tiene crédito ilimitado para todo: perfumes, laptops,
ipads, celulares, tablets, viajes, etc. Infinitos sus deseos. Infinito el
crédito.
Máquina y guerra
El habitante de la
maquina tiene como deber apoyar a sus países cuando van a la guerra. Es de
capital importancia que entienda que de todas las actividades que mantienen a
la maquina en movimiento la guerra es una de las más rentables. Si usted desea
seguir disfrutando de partidos de futbol los domingos en la tarde debe apoyar a
sus compatriotas que se encuentra en los desiertos de medio oriente no solo
para combatir el terrorismo si no para que usted pueda tener en empleo en una
empresa que fabrica componentes para al aviación o chalecos anti bala, o los alimentos
que nuestros guerreros consumen en las pausas de la guerra.
Y para entender lo
que quiero decirles veamos este señalamiento de Mimford:
“Lo
que se necesitaba quedó demostrado por la Primera Guerra Mundial, y fue firmemente
establecido a través de las megamáquinas de la Segunda Guerra Mundial: Una
demanda ilimitada que solo la guerra, o una pseudo guerra, hace posible…….y con
esto una expansión ilimitada del crédito, una garantía de ganancias para las
industrias de la guerra, un incremento en las ganancias para todos, excepto
para el tercio más pobre de la población y, lo mejor de todo, una rápida reposición
de productos por la destrucción incesante.
Como resultado de
la guerra en sí misma, el centro económico de gravedad se traslada al Estado,
la megamáquina nacional: y entre reparar la destrucción causada por la guerra y
la invención y manufactura de nuevas armas de destrucción masiva, más complejas
y costosas que nunca, se alcanzan por primera vez las condiciones necesarias de
pleno empleo, producción a toda capacidad, investigación y desarrollo al máximo
y consumo total.”(Lewis Mumford. The Myth of the
Machine: The Pentagon
of Power. HBJ Books.1970)
Reflexione sobre
todo lo expuesto anteriormente y acepte
su función dentro del engranaje y la maquina le servirá y se servirá de usted a
perpetuidad, en una relación simbiótica de “ganar-ganar”, solo que en este caso
“ganar-ganar” no se refiere a que usted gana y la maquina también, no, la
maquina gana dos veces y usted siempre pierde.