viernes, 24 de junio de 2016

BREXIT: Una opinión

Alvin Reyes
Los británicos le han dicho que no a la Unión Europea. En los días por delante veremos todo tipo de posiciones a favor y en contra de esta decisión del pueblo en su referéndum. Nosotros, que nunca tratamos de quedarnos en el baile mecánico de los medios, pensamos que esta decisión es un llamado al mundo para que detenga cuanto antes esta oleada de estandarización, este deseo de meter en un solo paquete un grupo de regiones y naciones que han seguido un desarrollo económico, social y tecnológico muy diferentes unos de otros, pero que el deseo de que todos seamos un gran mercado para que un grupo de personas se sirva nos están metiendo a todos en el “mismo saco”.

Uno de los requisitos fundamentales para el funcionamiento del sistema que, con Lewis Mumford, hemos aprendido a denominar la maquina es la estandarización. Este concepto se confunde demasiadas veces con hacer las cosas de manera correcta pero esta aproximación es errónea, lo malo también se puede estandarizar, pero la propaganda de la maquina nos quiere hacer creer que estandarizar es mejorar.

En su afán de pasar un rasero e igualar todos los sistemas económicos del mundo vemos como el FMI y el Banco Mundial aplican las mismas recetas económicas para países de diferente idioma, clima, raza, credo, cultura, etc. El resultado son una serie de fracasos desde América hasta África. Como fracaso fue también la exportación del modelo soviético a países tan distintos como musulmanes, caribeños y del lejano oriente.

Cuál es el problema concreto de esta estandarización de la economía y de la vida social de países diferentes en aras de conseguir un resultado económico que al final solo será satisfactorio para las elites que detentan el poder en los centros donde se desarrollan todas estas iniciativas, los sacerdotes de la maquina como les llama Mumford?

Uno de los grandes beneficios del desarrollo de la humanidad es haber logrado acumular una cantidad de culturas individuales y regionales a las que si se les da las oportunidades adecuadas sabrán salir a camino y sortear las más variadas circunstancias en virtud de su pasado histórico acumulado y de lo que a través de este ha aprendido. “Cualquier filosofía de la historia que tome en cuenta la diversidad natural y humana debe reconocer que este proceso de selección ha alcanzado un grado superior en el hombre y que cualquier forma de organizar las actividades humanas, mecánica o institucionalmente, que limite las posibilidades de ensayo, selección, emergencia, y trascendencia en favor de un sistema cerrado y completamente unificado no es más que un modo de frenar la evolución de la cultura humana”[1]

O sea, cada país, región, nación, conglomerado humano ha venido por miles de años desarrollando sus capacidades, ha creado sus mitos, sus dioses, su cultura, su gastronomía y es en estas raíces donde están ocultas las fuerzas que le van a dar a cada uno su forma de manejar sus problemas. Un campesino dominicano no puede pensar jamás igual que un africano o que un vietnamita. La cultura juega un papel fundamental en cada uno de ellos a la hora de establecer políticas pero los organismos internacionales traen un libreto armado en un piso de un rascacielos del primer mundo y lo aplican a los tres por igual. Lo mismo cabe para un británico, un griego y un húngaro.

Desafortunadamente esta es una sociedad que ha eliminado la historia de entre sus premisas básicas. Estandarizándolo todo cada error que se cometa se repetirá en cada una de las sociedades y regiones sometidas al sistema mecánico de estandarización negándole a las sociedades el uso de sus fuerzas sociales acumuladas para salir de los problemas.



[1] Mumford, Lewis. The pentagon of power. Harvest HBJ Book. 1970. Pag. 159