Alvin
Reyes
Todos los que vivimos una parte de
nuestra vida bajo la guerra fría sufrimos el temor de la amenaza rusa. En las
pesadillas más temibles de los occidentales se veía una brigada indetenibles de
tanque soviéticos atravesando Europa hasta el Atlántico. En nuestros peores
sueños, en nuestro imaginario de los “War Games” una nube de misiles soviéticos
atravesaban los cielos para quemar occidente. Solo la “Guerra de las Galaxias” de Reagan era capaz de detener los miles de miles
que un día serían lanzados sobre nosotros con el fin de sepultar la civilización
y establecer de una vez y para siempre la dictadura del comunismo ateo.
Con el derrumbe del modelo soviético,
con la caída del muro de Berlín con el fin del Pacto de Varsovia la amenaza se
desvaneció…por unos años. De la mano de Vladimir Putin la amenaza rusa ha
resurgido, se ha agigantado. De nuevo el imperio del mal se cierne sobre
nosotros. De nuevo occidente debe prepararse para enfrentar esta nueva agresión
rusa. Con una audacia increíble Rusia ha logrado, según se afirma, colocar un presidente en la casa
blanca. Cuidado! Vienen los rusos!
Es esto nuevo? Es la primera vez que el
argumento ruso se esgrime como una amenaza seria para nuestro mundo cristiano
occidental? Para ayudarnos a dar un poco de luz a esta interrogante vamos a
auxiliarnos del insigne Arnold Toymbee y su libro “Civilization on trial”
del que traduciremos para ustedes un par de párrafos reveladores sobre la
realidad de los affaire
ruso-occidentales. Veamos:
“En occidente tenemos la visión de que
Rusia es el agresor y tiene la apariencia de serlo cuando se ve a través de los
ojos occidentales. Vemos a Rusia como la que se llevó la mejor parte en la
repartición de Polonia en el siglo 18; como la opresora de Polonia y Finlandia
en el siglo 19; como la agresora en el mundo de postguerra. A los ojos de los
rusos es todo lo contrario. Se ven a ellos mismos como las victimas perpetuas
de la agresión occidental y desde una perspectiva histórica existen varias
razones para compartir la visión rusa. Un investigador acucioso puede descubrir
que las acciones rusas contra Polonia y
Suecia en el siglo 18 fueron en realidad contraofensivas y que el territorio
ganado en esas contraofensivas no compensaban las perdidas territoriales rusas
a manos de occidente antes y después de este conflicto.
Los primeros habitantes de Rusia,
quienes establecieron su dominación sobre los Eslavos fueron desplazados por
los cristianos occidentales bajo Carlomagno. De nuevo en el siglo 14 la mayor
parte del territorio original de Rusia (Casi toda la Rusia Blanca y Ucrania)
les fue arrebatada y anexada a la
cristiandad Occidental conquistadas por Lituania y Polonia.
En el siglo 17 invasores polacos
penetraron casi hasta Moscú y no fueron detenidos más que por un esfuerzo
extraordinario de los rusos, mientras los suecos desplazaban a Rusia del Báltico.
En 1812 Napoleón repitió el intento de los polacos mientras que en el paso del
siglo 19 al 20 los vientos de lluvia occidental sobre Rusia soplaban más
fuertes. Los alemanes la invadieron en los años 1915-1918 pasando sobre Ucrania
y alcanzando la Transcaucasia. Tras el colapso de los alemanes les tocó el
turno de invadir Rusia a los británicos,
franceses, americanos y japoneses por cuatro diferentes costados en los años
1918-20. Y luego en 1941 los alemanes retornaron con un ataque más formidable y
brutal que nunca. Es cierto que durante los siglos 18 y 19 las tropas rusas
marcharon y combatieron en occidente pero siempre lo hicieron aliados de un poder occidental
contra otro poder occidental en alguna disputa familiar entre occidentales. En los
anales de las guerras a través de los siglos parece ser un hecho cierto que los
rusos han sido siempre la víctima de una agresión y los occidentales los
agresores la gran mayoría de las veces.” (1)
Como se desprende de estos párrafos geniales
de Toynbee el “cuco” de una Rusia agresora es viejo. La única diferencia que
vemos en el caso de hoy día es que, al parecer,
Rusia está dirigida por un liderazgo con más visión, con más coherencia y con más
conciencia de lo que esta sucediendo que la pandilla neoliberal que dirige los
destinos occidentales.
(1) Toynbee, Arnold J. Civilization on trial. Oxford University Press. 1948. Pág. 167-169
(1) Toynbee, Arnold J. Civilization on trial. Oxford University Press. 1948. Pág. 167-169