Alvin Reyes
La mayoría de
las personas que se han preocupado por los fenómenos sociales han estudiado la
historia en términos de sistemas políticos. Hemos creído que la historia es una
sucesión de ciclos, cada uno único y que este genera dentro de si las contradicciones
que han producido el siguiente, de esta manera el feudalismo produjo las
condiciones para el surgimiento del capitalismo y los marxistas profetizábamos que
el capitalismo daría paso al socialismo y este evolucionaria, de manera
gradual, al comunismo.
Me costó años
de estudios y encontrarme con Lewis Mumford entender que solo ha existido un
único sistema que ha dominado la humanidad y que ha tomado diferentes formas a través
de la historia hasta llegar a la perfección y culminación, al día de hoy, de su
triunfo absoluto. El sistema que ha dominado siempre lo llamamos: LA MAQUINA.
¿Qué es la
maquina? En “Técnica y Civilización” Mumford explica “Cuando use el
término “la maquina” me referiré como una referencia abreviada a todo el
complejo tecnológico”[Mumford,
Lewis (1971). Técnica y Civilización].Los primeros hombres surgidos de los
grupos de cazadores recolectores se convirtieron, por mandato divino, en los primeros
reyes de la tierra y fueron estos reyes y faraones los que construyeron la
primera gran maquina: La megamáquina, hecha puramente de partes humanas
intercambiables. “Sólo los reyes, asistidos por las disciplinas de las ciencias
astronómicas y respaldados por las sanciones de la religión, tenían capacidad
suficiente para juntar y dirigir esa megamáquina, que era una estructura
invisible, compuesta de partes humanas, vivas, pero rígidas, aplicada cada cual
a su tarea específica, a su trabajo, a su función, para realizar entre todas
las inmensas obras y los grandiosos designios de tan enorme organización
colectiva.”[Lewis
Mumford (1967). The Myth of the machine].
Luego de que
aprendimos a usar esta megamáquina, con el paso del tiempo, las invenciones
mecánicas nos fueron dando un dominio absoluto sobre la naturaleza y el resto
de los seres vivos; pero al aprender a dominar la naturaleza y ponerla a
nuestro servicio aprendimos también a dominar a otros hombres y es desde esa
época que datan las primeras guerras en busca de esclavos. Así llegó este
sistema mecánico a dominar por completo todas las facetas de la humanidad. Esta
megamáquina se alimentaba de la esclavitud y de la conscripción, lo que se
lograba no sin gran esfuerzo y a lo largo de la historia están los ejemplos de
rebeliones de esclavos que enfrentaron los primeros reyes que dirigieron la
megamáquina.
En épocas anteriores
para mantener este dominio, como se señala arriba se necesitaba de vigilancia y
conscripción para perpetuar el domino de los reyes, emperadores, de los
administradores, de los sacerdotes de la
máquina, por eso siempre hubo rebeliones, revoluciones, derrumbes de imperios. Por
ejemplo a mediados de los años sesenta el mundo estaba convulso. La guerra fría
estaba en su punto más álgido. La guerra de Vietnam quemaba las selvas de
Indochina, el conflicto árabe-israelí empezaba para no terminar nunca, América
Latina estaba preñada de revoluciones, los marines andaban en las calles de
Santo Domingo y, entre otras cosas, se agudizaban las luchas raciales de
Estados Unidos. Pero a diferencia de lo que ocurre hoy la gente se preocupaba,
pensaba, leía, actuaba. La gente se arriesgaba, daba su vida por lo que creía,
Cassius Clay fue a la cárcel por no ir a Vietnam. La máquina necesitaba
vigilancia 24 horas sobre sus “enemigos” para poder seguir ejerciendo el
dominio.
Pero la tecnología
fue avanzando, nuevos métodos de dominio, de control, fueron apareciendo y la
máquina empezó a moverse y nos dio la televisión en colores, la minifalda, la
píldora anticonceptiva y el cine dejo de ser una obra de arte, convirtiéndose,
a la sombra de “La Guerra de las Galaxias”, en un vacío ejercicio de
entretenimiento. Más adelante las computadoras personales, el internet y los
celulares “inteligentes” lograron que la gente se apartara del mundo, las
decisiones que toman los grandes bancos y corporaciones no son cuestionadas por
nadie, o por una minoría, mientras los seres humanos danzan en movimiento
monótono y ritual con sus artilugios técnicos y su búsqueda del placer vacío y
sin sentido.
“Todo bien”
dice la gente creyendo que estar bien es pasarse una noche metido en un bar
compartiendo con amigos a los que no les ve las caras por estar pegados
todos a una pantalla. Aquí en dominicana existen dos frases que reflejan hasta
donde ha llegado el dominio de la máquina sobre el cerebro: “Hoy se bebe” y “Hoy es viernes y el cuerpo lo sabe” lo demás no importa aunque
nuestro país atraviese una de las peores sequias de su historia, mientras sea
viernes y se beba a nadie le importa si llueve o no. Y el sexo, ese placer, ese
deleite que nos acerca a los dioses, ha perdido todo su misterio para convertirse
en un deporte donde ya no se valora el suave placer de las caricias si no la
cantidad y potencia de los polvos.
Más allá de
las pantallas de los juguetes el mundo se desangra, las selvas se reducen, las
guerras aumentan. Y la gente no hace nada. Y en verdad ya no me importa que
nadie haga nada, estoy plenamente consciente y convencido de que los seres
humanos que pueblan este planeta, con la única excepción de las tribus y de
algunas regiones rurales del globo, son un ejército de autómatas fabricados en
serie por un sistema eficiente que convierte hombres y mujeres pensantes en
imbéciles. El rebaño.
Al prometer
placer infinito la maquina se permite mantenerse en funcionamiento, por lo
tanto un buen ciudadano modelo debe de ser inconforme y siempre desear más. Si
usted tiene varios pares de zapatos y sale un estilo de moda nuevo, no lo
piense dos veces, colección de temporada, cómprese los nuevos. La máquina
seguirá respirando y así el año que viene o en seis meses lo sorprenderá con
unas zapatillas de ensueño. Sea un buen cordero y cómprelas.
El miembro
del rebaño no puede ser un conformista. No es posible que usted posea un Iphone
5 cuando ya está el 7 en el mercado. El
cordero debe ser el motor, debe hacer lo necesario para mantener el ritmo de
desarrollo de la máquina no importa que su auto 2015 este en buenas
condiciones, su deber es cambiar al modelo 2019.
Bajo estas condiciones
la máquina ya no necesita más vigilancia, la sociedad de control está
establecida sobre nuestra propia complicidad. Imitamos valores que nos imponen
el cine y la industria de la música, los jóvenes que andan por nuestras calles
parecen maniquíes rodantes disfrazados de los esquemas impuestos por los artistas
que idolatran.
Nunca como
ahora la sociedad había sido tan opulenta sin embargo esta también es la época de
mayor desigualdad en la historia, estamos en guerra los 365 días al año, el
planeta por todos lados está herido de contaminación, las enfermedades como el cáncer,
el Alzheimer y la diabetes arropan a los seres humanos de las prosperas urbes
occidentales. No existe ninguna salida para esto salvo la que imponga la
máquina, si ella entiende que un exterminio de media población es necesario
para su supervivencia, ese extermino habrá de ocurrir, sucederá no lo que
algunos deseamos que ocurra, será lo que decida la máquina, para ello ha
triunfado.