viernes, 23 de marzo de 2012

En manos de la máquina: Así te espía el satélite Echelón


Publicado en AIMO

Hace exactamente dos años, las cajas de seguridad del Banco Macro sucursal Congreso fueron violentadas por una extraña banda de boqueteros. Se dice extraña banda porque la formaba un combo de policías, delincuentes profesionales e integrantes de la “12″, la barra brava de Boca.

La historia fue que en las inmediaciones de la avenida Callao esperaba -quizás haciendo de campana o reducidor-, un delincuente especializado en compra venta de cheques robados y/o falsificados. Uno de esos personajes a quien tanto conoce la División Bancos de la Policía Federal, lo mismo que otros departamentos relativos a investigar fraudes y estafas.

Los que salieron del Banco Macro le dijeron que no había muchos caudales en las cajas violentadas, y despectivamente le entregaron un plástico con Cds –discos rígidos- a los que no le dieron valor alguno.

“Llévate esta caja que debe haber algunos tangos guardados”, le dijeron con mezcla de ingenuidad y estupidez. ¿A quien se le ocurre pensar que alguien guarda música en cajas de seguridad bancaria?

A las 48 de aquel asalto se desató un pánico generalizado por aquella misteriosa cajita de discos rígidos. Centenares de policías buscaban en ámbitos de la city bancaria al misterioso sujeto que se llevó “la cajita feliz”.

Se lo conocía por varios apodos, algunos que otro sabía su rostro y hasta se hablaba de recompensa no por el individuo sino por esos rígidos. Se dijo que ahí estaban registradas cuentas en el exterior y transacciones monetarias por muchos millones de dólares.

Hasta que intervino en la búsqueda otro de esos misteriosos personajes que siempre aparecen en torno a delitos complejos. Era un agente que estaba circunstancialmente en la Argentina por un asunto de narcotráfico. Y su extraña pregunta fue: “¿Alguien tiene un antiguo número telefónico del sujeto, un teléfono viejo que ya no use?, parecía una pregunta algo absurda. ¿Quién puede ubicar a alguien por un teléfono que usó hace tiempo?

El Echelón es un satélite de escucha e intercepción de conversaciones telefónicas desarrollado por la Agencia de Seguridad Nacional de los Estados Unidos (organismo que está por encima de la CIA, lo que es mucho decir) durante la guerra fría. Inglaterra, Canadá, Australia y Nueva Zelanda se sumaron a esa red de redes satelitales y torres terrestres de transmisión.

Hasta aquí nada nuevo, solo que a mediados de la década del 90, los operadores de Echelón en Estados Unidos casi le exigieron a Bill Gates que sus programadores crearan un software capaz de otorgarle a las voces de las personas una especie de huella digital, un reconocimiento de vos único y exclusivo para cada persona. Microsoft tenía muchas violaciones a las leyes monopólicas en los Estados Unidos, y el gobierno federal lo amenazaba con utilizar todo su poder si no sacaban ese programa de reconocimiento de voz. Aún lo mejor del universo informático estaba por venir. Se vislumbraba un futuro de Internet y todo el universo interconectado como finalmente estalló la tecnología en el nuevo milenio. Nada parecía imposible para Bill Gates y su gente, sólo había que proponérselo y se lograría.

No se sabe cuánto tiempo duró el hallazgo del programa, solo que finalmente el soft fue entregado a los operadores de Echelón y de ahí en mas puesto en funcionamiento.

¿Cómo se hizo? El satélite flotando en el espacio, y en la Tierra entre 9 y 12 súper torres de transmisión similares pero obvio más potentes que las que conocemos de red celular.

Y se comenzaron a grabar todas, absolutamente todas las conversaciones telefónicas que se hacían diariamente en todo el mundo. Algo más, se dice, de 3 mil millones de grabaciones diarias. No importaba el contenido de las charlas, solo se tomaban dos detalles. Interesaba sacar un patrón en común entre el número de teléfono y la voz que hablaba desde ese número.

Así con el paso del tiempo se fueron ordenando en la memoria del satélite las huellas digitales de cada voz, junto con el número de teléfono del cual hablaba regularmente. Datos quizás algo imprecisos, todos usamos varias líneas de teléfonos –celulares, fijos y hasta los nuevos de Skype.

El Banco de Datos fue creciendo a tal punto, que es posible hacer lo que pedía el personaje que investigaba el robo en el Banco Macro.

Se ubica en la memoria del satélite a qué timbre vocal respondía un teléfono que ya no se utiliza mas, pero que su registro quedó archivado en el Echelón.

Se le ordena al satélite –obvio, toda operación informatizada-, que cuando esa persona vuelva a hablar por teléfono se registre desde qué número lo hace, qué ubicación geográfica y hasta se lo siga físicamente con otro de los ramales de vigilancia de ese Gran Hermano.

Si el hombrecito que se llevó los discos rígidos robados del Banco Macro volvía a tener una conversación telefónica desde el lugar que fuera, el Echelón le daría a los operadores las coordenadas precisas de cómo y donde buscar al personaje.

Obvio la ciencia ficción parece quedar corta frente al avance impresionante de la tecnología a la que se asiste en el mundo entero. Saber qué solo las cámaras de vigilancia callejera siguen a cada paso y muchos delitos son identificables merced a ese sistema, es apenas una milésima parte de muestra de lo que ocurre en ese mundo invisible en el cuál todos están siendo observados por ese Gran Hermano tecnológico.

Utilizar la tecnología del Echelón tiene un costo muy grande, no es baratito, no es para cualquiera, ni los jueces pueden acceder a él. Solo se maneja a nivel de gobiernos y agencias de seguridad.

No se sabe cómo terminó la historia de los boqueteros que robaron las cajas de seguridad del Banco Macro, en marzo del 2010. Si encontraron o no esos misteriosos discos rígidos, y al hombrecito de las estafas y fraudes bancarios.

En alguna base de datos, algunos cientos de kilómetros de altura, en el espacio infinito, hay un aparato donde figura registrada cada voz en el teléfono.

Y no es el nombre de una telenovela. Es pura realidad.

miércoles, 21 de marzo de 2012

Vivir en un mundo orwelliano ya no es ciencia ficción


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El gran hermano vigila
POR: Jorge Delgado Publicado en La opinion.

En la novela 1984 de George Orwell, el Estado ha logrado controlar al individuo a través de "El gran hermano", una estructura de poder que vigila milimétricamente cada paso de los ciudadanos de "Oceanía".

En uno de los capítulos de la obra, el protagonista Winston Smith se dirige a la cantina del Departamento de Registro del Ministerio de "La Verdad" donde trabaja, para comer "el almuerzo regulado" que consiste en una ración de estofado, un pedazo de pan, un cubo de queso, una taza de café y una pastilla de sacarina. Los alcances de "El nuevo orden" llegan inclusive hasta la mesa de los habitantes.

¿Qué locura, el Estado controlando hasta lo que nos llevamos a la boca, de ficción, verdad?

No en realidad. El mes pasado en la escuela elemental West Hoke, de la ciudad de Raeford, condado de Hoke, Carolina del Norte, un inspector estatal de la División de Desarrollo y Educación Temprana del Departamento de Salud y Servicios Humanos incautó el almuerzo de una niña de 4 años porque a su parecer no cumplía las normas establecidas por el Departmento de Agricultura de los Estados Unidos.

El almuerzo en mención que constaba de un sándwich de pavo y queso, una banana, jugo de manzana y una fundita de papitas fritas, fue devuelto al hogar de la niña con una nota que decía que no cumplía con los requisitos necesarios, y un recibo de cobro por el costo del almuerzo de la cafetería de la escuela que obligaron a comer a la menor. Lo curioso y risible del caso, es que el almuerzo de la escuela ese día eran nuggets de pollo con un par de cosas más que la niña finalmente se negó a comer.

Lo terrible de este caso, es que esto no fue un error o una errónea aplicación de alguna norma. En Carolina del Norte los programas de educación preescolar están obligados por ley a evaluar los almuerzos de los menores para ver si cumplen con los requisitos establecidos.

Esto desde mi punto de vista es simplemente insólito. Es razonable que nuestras autoridades se preocupen por la nutrición de los ciudadanos, al fin y al cabo, los altos índices de obesidad y enfermedades crónicas de los chicos en edad escolar ameritan un interés por parte del Estado, pero para eso existen las campañas educativas, las guías nutricionales y los compromisos con la empresa privada del negocio alimentario para que los productos que lleguen al consumidor sean lo más saludables posible. Pero de ahí a vigilar y decidir lo que un menor debe comer hay una distancia irreconcilable con el derecho de los padres de ser los que tomen decisiones con respecto a la alimentación de sus hijos.

Lo lamento, pero esto es inaceptable. En nuestro hogar nos preciamos de darles una adecuada alimentación a nuestros hijos, pero así no lo hicieramos, eso es exclusivamente nuestro problema como padres.

Aparentmente "1984" ya está aquí y vino para quedarse. La pregunta es, ¿Cuando vamos los ciudadanos a parar los abusos de un Estado que está erosionando nuestras libertades todos los días?

viernes, 9 de marzo de 2012

El financiamiento de la maquina de guerra


Por Alvin Reyes

En la página 256 del volumen II de El mito de la máquina de Lewis Mumford se puede leer lo siguiente:

Una vez fue tomada la decisión de construir la bomba atómica, los científicos que participaron en el proyecto fueron atrapados por sus erróneas premisas ideológicas al aceptar el uso militar de la fusión nuclear. Este error original no puede ser reparado fácilmente, no importa lo atormentadas que hayan estado sus conciencias, ni el esfuerzo que muchos de ellos hicieron para despertar a la raza humana de esta situación. Algo peor que la construcción de la bomba tomó forma: El acto de construir la bomba acelero el ensamblaje de una nueva megamáquina, en orden de mantener esta megamáquina en operación, una vez la situación de emergencia militar terminó, se creó una condición de guerra permanente en aras de mantener la maquina en operación”. Lewis Mumford. The pentagon of Power. The myth of the machine. Vol II. Harbest HBJ Book. Pág. 256.

En “El pentagonismo sustituto del imperialismo”, del profesor Juan Bosch podemos leer esta afirmación:

ya los Estados Unidos no son un poder civil manejado, en el campo internacional, por los políticos. En este terreno son un poder militar manejado por una asociación de banqueros, industriales y militares que tiene sus planes propios para aplicarlos en cualquier parte del mundo”. Juan Bosch El pentagonismo sustituto del imperialismo. Santillana ediciones generales. Pág. 105.

Estos dos libros fueron escritos en la década de los 60. Hoy un estudio de 180 páginas revela como los bancos financian la construcción de las armas nucleares. Veamos:

A las armas nucleares las cargan los bancos
Por Thalif Deen

NACIONES UNIDAS, 5 mar (IPS) - La industria mundial de las armas nucleares es financiada y mantenida viva por más de 300 bancos, fondos de pensión, compañías de seguros y gestores de activos, según un nuevo estudio.

Esas instituciones realizan sustanciales inversiones en la fabricación de armas atómicas.

Divulgado por la
Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares (ICAN, por sus siglas en inglés), el estudio de 180 páginas señala que las naciones con poderío nuclear gastan más de 100.000 millones de dólares al año fabricando nuevas ojivas, modernizando las viejas y construyendo misiles balísticos, bombarderos y submarinos para lanzarlas.

Gran parte de este trabajo es realizado por corporaciones como BAE Systems y Babcock International en Gran Bretaña, Lockheed Martin y Northrop Grumman en Estados Unidos, Thales y Safran en France, y Larsen & Toubro en India.

"Instituciones financieras invierten en esas compañías proveyendo préstamos y comprando acciones y bonos", indica el informe, considerado el primero en su clase.

Titulado "Don’t Bank on the Bomb: The Global Financing of Nuclear Weapons Producers" ("No confíen en la bomba: El financiamiento mundial de los productores de armas nucleares"), el estudio provee detalles de las transacciones financieras con 20 compañías intensamente involucradas en la fabricación, mantenimiento y modernización de las fuerzas atómicas estadounidenses, británicas, francesas e indias.

Se necesita una urgente campaña mundial coordinada por la desinversión en armas nucleares, añade.

Un movimiento así podría ayudar a frenar los programas de modernización y fortalecimiento de armamentos e impulsar las negociaciones hacia una prohibición universal de ese tipo de bombas.

"Dejar de invertir en las compañías de armas nucleares es una forma efectiva de que el mundo corporativo avance hacia la meta de una abolición nuclear", afirma el estudio.

El trabajo llama a las instituciones financieras a que dejen de invertir en la industria armamentística atómica.

"Cualquier uso de armas nucleares violaría el derecho internacional y tendría catastróficas consecuencias humanitarias. Al invertir en los fabricantes, las instituciones financieras están de hecho facilitando la construcción de fuerzas atómicas", indica.

En el prólogo del informe, el arzobispo anglicano sudafricano Desmond Tutu, premio Nobel de la Paz, señala: "Nadie debería hacer ganancias con esta terrible industria de la muerte, que nos amenaza a todos".

El líder pacifista instó a las instituciones financieras a que apoyaran los esfuerzos para eliminar la amenaza atómica, y destacó que el cese de inversiones fue vital en la campaña para poner fin al apartheid (sistema de segregación racial en perjuicio de la mayoría negra) en Sudáfrica.

La misma táctica puede y debe ser empleada para enfrentar a la creación más maligna del hombre: la bomba nuclear, añadió.

Por su parte, Tim Wright, director de campañas de ICAN y coautor del informe, dijo a IPS que algunas de las instituciones identificadas en el trabajo ya expresaron su "intención de adoptar políticas prohibiendo las inversiones en fabricantes de armas atómicas".

La campaña para que cesen las inversiones "probablemente será más exitosa en países donde la oposición a las armas nucleares es más fuerte", por ejemplo los escandinavos y Japón, indicó.

Destacó que cada vez más bancos reconocen que se debe aplicar algún tipo de criterio ético a las inversiones, y que apoyar la fabricación de armas capaces de destruir ciudades enteras al instante era algo claramente contrario a la ética.

De las 322 instituciones financieras identificadas en el informe, alrededor de la mitad tienen sede en Estados Unidos y un tercio en Europa. El estudio también denuncia a instituciones de Asia, Australia y Medio Oriente.

Las más involucradas con la industria de armas nucleares son Bank of America, BlackRock y JP Morgan Chase en Estados Unidos, BNP Paribas en Francia, Allianz y Deutsche Bank en Alemania, Mistubishi UJF Financial en Japón, BBVA y Banco Santander en España, Credit Suisse y UBS en Suiza, y Barclays, HSBC, Lloyds y Royal Bank of Scotland en Gran Bretaña.

Consultado sobre si sería viable una campaña para boicotear a estas entidades, Wright dijo a IPS: "Si los bancos se resisten a ceder, los clientes tendrán que buscar alternativas éticas".

Muchos otros bancos, particularmente pequeños, se niegan a tener cualquier tipo de vínculo con esta industria, destacó. "Si la gente comienza a irse en masa, esto enviará una poderosa señal al banco de que su apoyo a las compañías de armas nucleares es inaceptable".

En el caso de las instituciones multinacionales, una campaña coordinada de boicot en varios países sería efectiva, sostuvo.

El estudio también cita a Setsuko Thurlow, sobreviviente de la bomba atómica lanzada por Estados Unidos sobre la ciudad japonesa de Hiroshima en 1945, y quien hizo un llamado a invertir de una forma ética y a no contribuir con actividades que amenacen la Tierra.

(http://ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=100277)

Como colofón a lo que intentamos dejar en claro reproduciendo este articulo les dejamos una cita de Mumford de…..1944!!:

La ahora obsoleta economía basada en un crecimiento anual del producto interno bruto solo puede mantenerse con la guerra o con los preparativos para la misma, solo esto puede absorber el excedente que la economía capitalista nunca ha aprendido a distribuir equitativamente”. Lewis Mumford. The Condition of Man. Harbest HBJ Book. Prefacio.