miércoles, 26 de junio de 2013

Ciencia moderna ¿Hacia adonde avanza?

Por Juan Agustin MaraggiPublicado en Taringa!


No hace falta ser un científico loco y desquiciado y mucho menos tener un título o un postgrado en alguna ciencia para saber que la ciencia está estancada, que simplemente no existe avance alguno en ésta materia que no responda directamente al consumismo devenido de la falsa globalización.
Según Oscar Varsavsky quien citaremos con gran fluidez en el siguiente análisis:

“Hoy hay más científicos vivos que en toda la historia previa de la humanidad, y disponen de recursos en cantidad más que proporcional a su número. Con esos recursos adquieren aparatos y materiales maravillosos, asistentes bien entrenados, bibliografía completa y rápida. Disfrutan de gran prestigio y de sueldos nada despreciables pero(nota del redactor) ¿Qué han producido con todas esas ventajas?”



Una profesora del CBC que dictaba la clase Pens. Científico nos preguntaba constantemente basándose en ésta cita porqué no salen a la luz grandes científicos, porque no existe un Einstein, ni un Newton, porque no hay más Edisson, ni Pavlov. 

La respuesta es simple pero confusa, es compleja pero fácil de entender. A lo que quiero llegar con ésta ola de verbos opuestos es que está tan a la vista que se cae de madura, sólo que pensarlo significa cortar con ciertas creencias preestablecidas que no son fáciles de olvidar.
 
Varsavsky en Ciencia, política y cientifismo nos demuestra que la Sociedad Actual ( texto redactado en la época de la guerra fría, hoy en día no cambió mucho, sólo cayó la Unión Soviética, lo demás continua igual) está dirigida por el Hemisferio Norte.
 
Por lo tanto es directamente manipulada para la creación de un consumismo eficiente, definido éste como un sistema que tiene como meta un “bienestar” definido por la posibilidad de que una parte cada vez más grande de la población consuma muchos bienes y servicios siempre novedosos y variados. Ante ésta forma de utilizar la ciencia Varsavsky dice “El sistema no fuerza; presiona […] la ciencia actual no crea toda clase de instrumentos, sino sólo aquellos que el sistema le estimula a crear[...]” 

Para quien no pudo entender lo anteriormente dicho lo haré más simple... ¿Por qué por día salen más de 1000 innovaciones tecnológicas interesantísimas, que las venden como lo más necesario para la existencia humana y todavía hay gente en nuestro país que se muere por Mal de Chagas? Aproximadamente mueren 10 personas en promedio en el país por semana a causa de este.
¿Por qué, entonces, es más interesante que una persona pueda pagar un colectivo apoyando el celular en una cinta metálica que la vida de la gente de nuestras provincias? 

Lo obvio es lo obvio, Estados Unidos nunca investigará nuestros problemas, tanto es así que salió la vacuna de la Gripe porcina porque ellos mismos la padecieron. 
Hoy en día la cura para el sida no es una utopía sino que es un hecho, dicen los científicos que la plata que perderían las grandes compañías y investigadores con ésta vacuna impiden el hecho de que sea accesible y salga al mercado. 
Javier Echeverría da un giro a los contextos integrados en la ciencia, unas líneas más arriba escribí la palabra innovación. La innovación es “la innovación” que hace Echeverría a los tres contextos conocidos de la actividad científica, reemplazando el de descubrimiento por el ya nombrado de innovación. 
¿A qué se refería Echeverría con esto? Que hoy las cosas que se “inventan” no son una “invención” sino son una recreación de algo existente para innovar, encontrarle de alguna manera una función más a algo que ya existía anteriormente. 

El sistema actual de ciencia está ligado simbiótica-mente a las elites de grupo, ya que cómo dice Varsabsky: “La necesidad de dinero es general en todas las ramas de investigación […] Antes, para el que no quería trabajar en empresas o en las fuerzas armadas, el único Mecenas disponible era la Universidad, pero en los últimos años ha tomado preponderancia otro factor de poder: la Fundación, pública o privada, dedicada específicamente a promover y financiar la investigación o básica […] Ford; Rockefeller; Carnegie; National Science Foundation; National Institute for Health y varios otras instituciones más ricas que muchos países, subsidian directamente a investigadores, o indirectamente a través de universidades y otros centros de trabajos”. 
La creación de una ciencia autónoma es fundamental para el avance de la ciencia, no depender de una gran multinacional para producir un experimento que no sirva para salvar vidas sino para generar millones es un paso fundamental a darse. 

La creación, entonces, de una ciencia local, basado en los problemas del sitio donde se cree, correspondiendo su subvención al Estado, las Universidades harían de una ciencia verdaderamente Social y destinada al avance de la solución de los problemas- ya sean en salud, tecnología o sociales- en cada sitio específico. 
Un ejemplo claro, es la importancia de los papers ( ensayos donde los científicos demuestran sus "innovaciones"Descripción: http://o1.t26.net/images/space.gif no tiene la misma importancia ni validez un estudio realizado en Estados Unidos sobre la discriminación a las personas de tez morena cuando en nuestro País la mayoría tienen superficie blanca y los indígenas- discriminados como animales- son minoría. 

No quería nombrarlo, pero Cuba es un ejemplo, en Cuba los científicos responden al Estado o independientemente bajo su subvención. Aunque parezca que no existe diferencia entre lo recién nombrado si la hay, los primeros son quienes responden a las exigencias de la problemática estatal con la ciencia, los segundos quienes guían sus propias investigaciones con el dinero del Estado.
La ciencia no es un elemento rígido, estructural, y asimétrico, ésa es tan sólo la cara que nos muestran del asunto, hay una nueva ciencia por descubrir, por experimentar, y aunque no lo parezca es una necesidad.

Juan Agustín Maraggi


Bibliografía:
Echeverría,J. Filosofía de la ciencia, Barcelona, Aikal, 1995. Cap II
Varsavsky, O. Ciencia, política y cientificismo, Cap. II y III, Bs. As, Centro Editor de América Latina.

lunes, 24 de junio de 2013

Los cazadores del lunes por la noche



Nota: Pensaba escribir un artículo donde intentaba explicar los orígenes de esa pasión explotada hoy día por las grandes corporaciones, pensaba usar unas citas del libro de Carl Sagan “Miles de millones”. Pero cuando empecé a leer el capítulo, encontré que estaba tan bueno que decidí transcribirlo integro.

Carl Sagan. Miles de millones. Biblioteca Bolsillo. 1ra Ed. 2000. Págs. 37-49

No podemos evitarlo. Cada año, al comenzar el otoño, las tardes de los domingos y las noches de los lunes abandonamos todo para contemplar las pequeñas imágenes en movimiento de 22 hombres que se acometen, caen, se levantan y dan patadas a un objeto alargado hecho con la piel de un animal. De vez en cuando, tanto los jugadores como los sedentarios espectadores son presa de arrebatos de éxtasis o de desesperación ante el desarrollo del partido. Por todo el territorio estadounidense, personas (casi exclusivamente hombres) con la mirada fija en la pantalla de cristal vitorean o gruñen al unísono. Dicho así parece, sin embargo, una estupidez, pero una vez que nos aficionamos a ello resulta difícil resistirse. Lo sé por experiencia.

Los atletas corren, saltan, golpean, tiran, lanzan, chutan, se agarran..., y es emocionante ver a seres humanos hacerlo tan bien. Luchan hasta caer al suelo. Se afanan en recoger o golpear con un palo o con el pie algo de color pardo o blanco que se mueve con rapidez.

 En algunos juegos, tratan de dirigir esa cosa hacia lo que llaman «portería»; en otros, los participantes salen corriendo y luego vuelven a «casa». El trabajo en equipo lo es casi todo, y admiramos cómo encajan las diferentes partes para formar un conjunto maravilloso.

Ahora bien, la mayoría de nosotros no nos ganamos la vida con estas destrezas. ¿Por qué nos atrae tanto ver a otros correr o chutar? ¿Por qué es transcultural esta necesidad? (Los antiguos egipcios, los persas, los romanos, los mayas y los aztecas también jugaban a la pelota; el polo es de origen tibetano.)

Hay estrellas del deporte que ganan cincuenta veces el salario anual del presidente de Estados Unidos; los hay que, tras retirarse, consiguen ser elegidos para ocupar altos cargos. Son héroes nacionales. ¿Por qué, exactamente? Existe aquí algo que trasciende la diversidad de los sistemas políticos, sociales y económicos. Algo muy antiguo.

La mayor parte de los principales deportes se hallan asociados con una nación o con una ciudad y son símbolo de patriotismo y de orgullo cívico. Nuestro equipo nos representa —en tanto pueblo— frente a otros individuos de algún lugar diferente, habitado por seres extraños y, quizás, hostiles. (Cierto que la mayoría de «nuestros» jugadores no son realmente «nuestros». Se trata de mercenarios que, sin reparo alguno, abandonan el equipo de una ciudad para ingresar en el rival: un jugador de los Pirates [piratas] de Pittsburgh se convierte en miembro de los Angels [ángeles] de California; un integrante de los Padres de San Diego asciende a la categoría de miembro de los Cardinals [cardenales] de St. Louis; un Warrior [guerrero] de California es coronado como uno más de los Kings [reyes] de Sacramento. En ocasiones, todo un equipo emigra a otra ciudad.)

Una competición deportiva es un conflicto simbólico apenas enmascarado. No se trata de ninguna novedad. Los cherokee llamaban «hermano pequeño de la guerra» a su propia versión de lacrosse *. Y ahí están las palabras de Max Rafferty, ex superintendente de instrucción pública de California, quien, tras calificar a los enemigos del fútbol americano universitario de «imbéciles, inútiles, rojos y melenudos extravagantes y charlatanes», llegó a decir: «Los futbolistas [...] poseen un espléndido espíritu combativo que es América misma.» (Merece la pena reflexionar sobre la cuestión.)

A menudo se cita la opinión del difunto entrenador Vince Lombardi, quien afirmó que lo único que importa es ganar. George Allen, ex entrenador de los Redskins [pieles rojas] de Washington, lo expresó de esta manera: «Perder equivale a morir.»

Hablamos de ganar y perder una guerra con la misma naturalidad con que se habla de ganar y perder un partido. En un anuncio televisivo del ejército norteamericano aparece un carro de combate que destruye a otro en unas maniobras, después de lo cual el jefe del vehículo victorioso dice: «Cuando ganamos, no gana una sola persona, sino todo el equipo.» La relación entre deporte y combate resulta por demás clara. Los fans (abreviatura de «fanáticos») llegan a cometer toda clase de desmanes, incluso a matar, cuando se sienten vejados por la derrota de su equipo, se les impide celebrar la victoria o consideran que el árbitro ha cometido una injusticia.

En 1985, la primera ministra británica no pudo por menos que denunciar la conducta agresiva de algunos de sus compatriotas aficionados al fútbol, que atacaron a grupos de seguidores italianos por haber tenido la desfachatez de aplaudir a su propio equipo. Las tribunas se vinieron abajo y murieron docenas de personas. En 1969, después de tres encarnizados partidos de fútbol, carros de combate de El Salvador cruzaron la frontera de Honduras y bombarderos de aquel país atacaron puertos y bases militares de éste. En esta «guerra del fútbol», las bajas se contaron por millares.

Las tribus afganas jugaban al polo con las cabezas cortadas de sus enemigos, y hace 600 años, en lo que ahora es Ciudad de México, había un campo de juego donde, en presencia de nobles revestidos de sus mejores galas, competían equipos uniformados. El capitán del equipo perdedor era decapitado y su cráneo expuesto con los de sus antecesores (se trataba, probablemente, del más apremiante de los acicates).

Supongamos que, sin tener nada mejor que hacer, saltamos de un canal de televisión a otro sirviéndonos del mando a distancia y aparece una competición en la que no estemos emocionalmente interesados, como puede ser un partido amistoso de voleibol entre Birmania y Tailandia. ¿Cómo decide uno por qué equipo se inclina? Ahora bien, ¿por qué inclinarse por uno u otro, por qué no disfrutar sencillamente del juego? A la mayoría nos cuesta adoptar esta postura neutral. Queremos participar en el enfrentamiento, sentirnos partidarios de un equipo. Simplemente nos dejamos arrastrar y nos inclinamos por uno de los competidores: «¡Hala, Birmania! » Es posible que en un principio nuestra lealtad oscile, primero hacia un equipo y luego hacia el otro. A veces optamos por el peor. Otras, vergonzosamente, nos pasamos al ganador si el resultado es previsible (cuando en un torneo un equipo pierde a menudo suele ser abandonado por muchos de sus seguidores). Lo que anhelamos es una victoria sin esfuerzo. Deseamos participar en algo semejante a una pequeña guerra victoriosa y sin riesgos.

En 1996, Mahmoud Abdul-Rauf, base de los Nuggets [pepitas de oro] de Denver, fue suspendido por la NBA. ¿Por qué? Pues porque Abdul-Rauf se negó a guardar las supuestas debidas formas durante la interpretación prescriptiva del himno nacional. La bandera de Estados Unidos representaba para él un «símbolo de opresión» ofensivo para su fe musulmana. La mayoría de los demás jugadores defendieron el derecho de Abdul-Rauf a expresar su opinión, aunque no la compartían. Harvey Araton, prestigioso comentarista deportivo de The New York Times, se mostró extrañado. Interpretar el himno nacional en un acontecimiento deportivo «es, reconozcámoslo, una tradición absolutamente idiota en el mundo de hoy», explicó, «al contrario de cuando surgió, al comienzo de los partidos de béisbol durante la Segunda Guerra Mundial, nadie acude a un acontecimiento deportivo como expresión de patriotismo». En contra de esto, yo diría que los acontecimientos deportivos tienen mucho que ver con cierta forma de patriotismo y de nacionalismo.

Los primeros certámenes atléticos organizados de que se tiene noticia se celebraron en la Grecia preclásica hace 3.500 años. Durante los Juegos Olímpicos originarios las ciudades-estado en guerra hacían una tregua. Los Juegos eran más importantes que las contiendas bélicas. Los hombres competían desnudos. No se permitía la presencia de espectadoras. Hacia el siglo VIII a. de C., los Juegos Olímpicos consistían en carreras (muchísimas), saltos, lanzamientos diversos (incluyendo el de jabalina) y lucha (a veces a muerte). Aunque pruebas individuales, son un claro antecedente de los modernos deportes de equipo.

También lo es la caza de baja tecnología. Tradicionalmente, la caza se considera un deporte siempre y cuando uno no se coma lo que captura (requisito de cumplimiento mucho más fácil para los ricos que para los pobres). Desde los primeros faraones, la caza ha estado asociada con las aristocracias militares. El aforismo de Oscar Wilde acerca de la caza británica del zorro, «lo indecible en plena persecución de lo incomible», expresa el mismo concepto dual. Los precursores del fútbol, el hockey, el rugby y deportes similares eran desdeñosamente denominados «juegos de la chusma», pues se los consideraba sustitutos de la caza, vedada a aquellos jóvenes que tenían que trabajar para ganarse la vida.

Las armas de las primeras guerras tuvieron que ser útiles cinegéticos. Los deportes de equipo no son sólo ecos estilizados de antiguas contiendas, sino que satisfacen también un casi olvidado impulso cazador. Las pasiones que despiertan los deportes son tan hondas y se hallan tan difundidas que es muy probable que estén impresas ya no en nuestro cerebro, sino en nuestros genes. Los 10.000 años transcurridos desde la introducción de la agricultura no bastan para que tales predisposiciones se desvanezcan. Si queremos entenderlas, debemos remontarnos mucho más atrás.

La especie humana tiene centenares de miles de años de antigüedad (la familia humana, varios millones). Hemos llevado una existencia sedentaria —basada en la agricultura y en la domesticación de animales— sólo durante el último 3 % de este periodo, el que corresponde a la historia conocida. En el 97 % inicial de nuestra presencia en la Tierra cobró existencia casi todo lo que es característicamente humano. Así, un poco de aritmética acerca de nuestra historia sugiere que las pocas comunidades supervivientes de cazadores-recolectores que no han sido corrompidas por la civilización pueden decirnos algo sobre aquellos tiempos.

Tenemos que considerar, pues, que durante millones de años nuestros antepasados varones fueron nómadas que lanzaban piedras contra las palomas, corrían tras las crías de antílope y las derribaban a fuerza de músculos, o formaban una sola línea de cazadores que gritando y corriendo trataban de espantar una manada de jabalís verrugosos. Sus vidas dependían de la destreza cinegética y del trabajo en equipo. Gran parte de su cultura estaba tejida en el telar de la caza. Los buenos cazadores eran también buenos guerreros. Luego, tras un largo periodo —tal vez unos cuantos miles de siglos—, muchos varones iban a nacer con una predisposición natural para la caza y el trabajo en equipo. ¿Por qué? Porque los cazadores incompetentes o faltos de entusiasmo dejaban menos descendencia.

No creo que el modo de aguzar la punta de piedra de una lanza o de emplumar una flecha esté impreso en nuestros genes, pero apuesto a que sí lo está la atracción por la caza. La selección natural contribuyó a hacer de nuestros antepasados unos soberbios cazadores.

La más clara prueba del éxito del estilo de vida del cazador-recolector es el simple hecho de que se extendió por seis continentes y duró millones de años (por no mencionar las tendencias cinegéticas de primates no humanos). Estos números hablan con elocuencia.

Tales inclinaciones tienen que seguir presentes en nosotros después de 10.000 generaciones en las que matar animales fue nuestro valladar contra la inanición. Y ansiamos ejercerlas, aunque sea a través de otros. Los deportes de equipo proporcionan una vía.

Una parte de nuestro ser anhela unirse a una minúscula banda de hermanos en un empeño osado e intrépido. Podemos advertirlo incluso en los videojuegos y juegos de rol tan populares entre los varones preadolescentes y adolescentes. Todas las virtudes masculinas tradicionales — laconismo, maña, sencillez, precisión, estabilidad, profundo conocimiento de los animales, trabajo en equipo, amor por la vida al aire libre— eran conductas adaptativas en nuestra época de cazadores-recolectores.

Todavía admiramos estos rasgos, aunque casi hemos olvidado por qué.

Al margen de los deportes, son escasas las vías de escape accesibles. En nuestros varones adolescentes aún podemos reconocer al joven cazador, al aspirante a guerrero: salta por los tejados, conduce una moto sin casco, alborota en la celebración de una victoria deportiva. En ausencia de una mano firme, es posible que esos antiguos instintos se desvíen un tanto (aunque nuestra tasa de homicidios sigue siendo aproximadamente la misma que la de los cazadores recolectores supervivientes). Tratamos de que ese afán residual por matar no se vuelque en seres humanos, algo que no siempre conseguimos.


Me preocupa lo poderosos que pueden llegar a ser los instintos de la caza. Me inquieta que el fútbol de la noche del lunes no sea una vía de escape suficiente para el cazador moderno para ellos mismos por varias razones: porque sus economías solían ser saludables (muchos disponían de más tiempo libre que nosotros); porque, como nómadas, tenían escasas posesiones y apenas conocían el hurto y la envidia; porque consideraban la codicia y la arrogancia no ya males sociales, sino algo muy próximo a la enfermedad mental; porque las mujeres poseían un auténtico poder político y tendían a constituir una influencia estabilizadora y apaciguadora antes de que los chicos varones echaran mano de sus flechas envenenadas, y porque, cuando se cometía un delito serio —un homicidio, por ejemplo— era el grupo quien, colectivamente, juzgaba y castigaba.

Muchos cazadores-recolectores organizaron democracias igualitarias. No había jefes. No existía una jerarquía política o corporativa por la que soñar en ascender. No había nadie contra quien rebelarse.

Así pues, varados como estamos a unos cuantos centenares de siglos de donde deberíamos estar, y viviendo como vivimos, aunque no por culpa nuestra, una época de contaminación ambiental, jerarquía social, desigualdad económica, armas nucleares y perspectivas menguantes, con las emociones del pleistoceno pero sin las salvaguardias sociales de entonces, quizá pueda perdonársenos un poco de fútbol el lunes por la noche.

* Juego de origen canadiense en el que se utilizan raquetas de mango largo para atrapar, llevar o lanzar lapelota a la portería del adversario. (N. del T.)

lunes, 3 de junio de 2013

Lo que la dirección IP puede revelar sobre nosotros



He estado viendo en estos días la serie “Person of Interest” en la cual el Gobierno de estados Unidos ha desarrollado una “maquina” para prevenir atentados terroristas. Los héroes de la serie utilizan  los datos proporcionados “la maquina” para luchar contra el crimen organizado y salvar vidas en peligro.
Hasta qué punto esta máquina existe? O solo es producto la imaginación febril de Jonathan Nolan?. Y si la maquina aún no se ha construido, cuanto nos falta?. Investigando por la red encontré el siguiente trabajo:



Lo que la dirección IP puede revelar sobre nosotros

 Por • 29 mayo, 2013

Resumen de un Informe elaborado por la Subdirección de Análisis Tecnológico de la Oficina del Comisionado de Privacidad de Canadá.


En general, los resultados llevan a la conclusión de que, a diferencia del simple conocimiento del número de teléfono de una persona, los elementos aquí examinados se pueden utilizar para realizar un retrato muy detallado de esa persona, aportando información sobre sus actividades, gustos, inclinaciones y hábitos diarios.
Metodología: ¿Cómo llevamos a cabo nuestro trabajo?
Nuestra investigación supuso la determinación del tipo de información que se podía encontrar partiendo de la dirección IP:
1.- Utilizar la dirección IP del proxy web OPC, así como la dirección IP de un activo colaborador en la redacción de la Wikipedia;
2.- Comprobando la propiedad de la dirección IP, incluidas las entradas de registro, con herramientas como WHOIS ( un servicio en línea utilizado por ejemplo en la consulta de bases de datos por usuarios registrados…)
3.- Geolocalización mediante búsqueda y localización de la red a partir de la dirección IP;
4.- Utilizar la dirección IP como término de búsqueda en diferentes navegadores, por ejemplo, Google (entradas en el servidor de registros, contribuciones en foros en línea).
Mediante la combinación de todos estos pasos, fue posible construir el perfil de una persona o de un grupo asociado a una dirección IP.
Algunos de estos ejemplos se describen aquí
Una vez que la dirección IP, la dirección de correo electrónico o el número de teléfono han sido descubiertos, no se necesita de ningún equipo especial o de software para realizar estas pruebas. Hay una gran variedad de servicios disponibles en la web para obtener información a partir de los anteriores datos (dirección IP, correo electrónico o número de teléfono). También hay servicios que permiten la búsqueda de información a partir de estos datos, incluso información sobre geolocalización. Servicios como Google y Bing pueden ser una poderosa herramienta utilizando estos elementos de información para utilizarlos en los términos de búsqueda.
1.- Número de teléfono y dirección de correo electrónico
A partir de un teléfono fijo o móvil se puede obtener una gran variedad de información acerca de una persona:
* El nombre y la dirección asociada a ese número de teléfono (con herramientas como www.411.com);
* Acceso a cualquier documento de acceso público que incluya ese número de teléfono, incluyéndose blogs, debates en foros, registros financieros o médicos, et;
* los registros de dominio asociados con ese número de teléfono.
Al igual que el número de teléfono, una dirección de correo electrónico también conduce a una variedad de información sobre una persona:
* Nombre real, si se utiliza en la dirección de correo electrónico o que aparezca asociado con él;
* El registro de servicios que utilizan esa dirección de correo. Para algunos servicios ( Por ejemplo, LinkedIn), la dirección de correo electrónico funciona como nombre de usuario;
* cualquier dominio que esté registrado utilizando esa dirección de correo electrónico;
* Las actividades de Internet o documentos, incluyendo correos electrónicos, que contenga la dirección de correo y que posteriormente sea indexada en los motores de búsqueda;
* Las amistades de las redes sociales;
* empresas en las que se ha trabajado (por ejemplo, si la dirección de correo electrónico aparece en un currículum publicado en línea).
Lo que encontramos
Los resultados de las pruebas llevada a cabo durante este análisis fueron bastante reveladores y podían conducir a la identificación de una persona. Para proteger la privacidad, y reducir el riesgo de identificación o identificación errónea de una persona, de los resultados presentados en los ejemplos que aparecen a continuación se han eliminado ciertos datos ( por ejemplo, la dirección IP, sitios web, temas específicos de búsqueda, direcciones URL, etc) en lo medida de lo posible.
Los resultados revelaron:
* El nombre real de la persona;
* El proveedor de los servicios de telecomunicaciones móviles de la persona;
* los sitios web personales y los registros de dominio;
* Datos de relación con una Universidad
* Contribuciones en los foros de discusión en Internet, conferencias…
* Participación en grupos de interés locales sobre cuestiones técnicas.
2.- Dirección IP: observaciones generales sobre la funcionalidad de la dirección IP.
El conocimiento de una dirección IP permite que un buscador obtenga información sobre una red, dispositivo o servicio. En concreto se puede:
* Determinar quién posee y opera la red. Búsqueda en la base de datos WHOIS usando la dirección IP puede proporcionar información sobre la persona, que a su vez puede poner de manifiesto sus afiliaciones a organizaciones) u organización, incluyendo nombre, número de teléfono y dirección.
* Realizando una búsqueda inversa ( una dirección IP asociada a un nombre de dominio) para obtener un nombre de equipo, que a menudo contiene pistas sobre la ubicación física o lógica;
* Realizar un Traceroute ( una herramienta de diagnóstico que permite la visualización de la ruta de paquetes a través de una red IP) para encontrar el camino lógico hasta el ordenador, que a menudo contiene pistas sobre la ubicación;
* Determinar la geolocalización del ordenador, con diversos grados de exactitud. Dependiendo de la herramienta, se puede obtener el país, región o estado, la latitud y longitud, el código telefónico del área y localización específica en un mapa;
* Búsqueda en Internet utilizando la dirección IP o el nombre del equipo. Los resultados de estas búsquedas pueden revelar las actividades per-to-peer (P2P) ( por ejemplo, el intercambio de archivos), los registros en los archivos de registro del servidor Web, o actividades en la red de la persona ( por ejemplo, la colaboración en Wikipedia). Todos estos datos pueden revelar información sobre la persona: inclinaciones políticas, estado de salud, sexualidad, sentimientos religiosos y una serie de características personales, preocupaciones e intereses.
* Buscar información de una dirección de correo electrónico utilizando la dirección IP, que a su vez podría servir para la obtención de más información.
Según la Electronic Frontier de Canadá, incluso la actividad no comercial en Internet, tales como la lectura de documentos en las páginas Web, ya que siempre se requiere de la transmisión de la IP permite saber lo que se lee en Internet.
Lo que encontramos
Para ilustrar el proceso, se realizó una sencilla prueba utilizando como punto de partida la dirección IP del proxy web de la propia Oficina del Comisionado de Privacidad de Canadá.
Una búsqueda mediante WHOIS reveló que la dirección IP estaba asignada a Obras Públicas y Servicios del Gobierno (PWGSC), con la dirección 350 KEDC, Ottawa, ON, K1A 0S5. La dirección de contacto aparecía en esta entrada, incluyendo el nombre completo, la dirección de correo y el número de teléfono.
Utilizando la dirección IP como término de búsqueda en el navegador se obtuvieron más de 240 entradas. Los resultados revelaron que las personas que trabajan bajo esta dirección IP visitaron sitios relacionados, por ejemplo, con:
* Optimización de las búsquedas en Internet;
* Publicidad de Canadá y marketing;
* Gestión de la identidad;
* Cuestiones de privacidad;
* Asesoramiento legal en relación con la ley de seguros y litigios por lesiones personales;
* Información sobre un grupo religioso específico;
* Gimnasios
* Compartir fotos a través de la red;
* Información en la Wikipedia;
* Búsqueda de actores específicos, que a su vez revelaban una gran cantidad de nombres de usuarios.
3.- Dirección IP: Información sobre las personas
La información obtenida anteriormente es la de un grupo o equipo, no la de una persona en particular. Sin embargo, la información específica que se puede obtener de una persona depende de cómo se conecte esa persona a la red y cómo trate las direcciones IP el sitio Web en particular que visite ( Es decir, lo que recojan e indexen los motores de búsqueda).
Lo que encontramos:
Esta persona era colaboradora activa de la Wikipedia. Al realizar una búsqueda utilizando la IP encontrada, se obtuvo un detallado perfil de esa persona:
* Había editado cientos de páginas de la Wikipedia relacionadas con programas de televisión. Su interés específico era muy amplio, pero no se incluyen más datos por razones de privacidad;
* Decenas de páginas de historia editadas en Wikipedia;
* Participación en un foro de discusión sobre un canal de televisión;
* Visita a un sitio Web relacionado con la salud sexual, a raíz de una búsqueda para un tipo específico de persona.
El incidente de Petraeus muestra los detalles comprometedores que se pueden obtener
Otro ejemplo de la información que se puede obtener a partir de la IP es el caso de Petraeus, ampliamente divulgado en los medios de comunicación.
Este caso comenzó con una investigación de los correos electrónicos, que acabó resultando en la revelación de una relación extramatrimonial del Director de la CIA, David Petraeus, obteniéndose detalles comprometedores, lo que obligó a su renuncia. Los acontecimientos tuvieron la siguiente secuencia:
a) Una persona recibe una serie de correos anónimos y pide al FBI que lo investigue.
b) Aunque los correos se enviaron desde un servicio que mantenía el anonimato, las direcciones IP desde donde se habían enviado aparecían en la cabecera de los correos;
c) Sabiendo la dirección IP de origen, el FBI fue capaz de identificar la organización a la que pertenecían las IP;
d) Desde la recepción de las citaciones administrativas según establece la Ley y sin supervisión judicial, los proveedores de los servicios de Internet deben dan la información sobre las direcciones IP utilizadas para acceder a la cuenta de correo original, así como cualquier cuenta de correo a la que se haya accedido desde la misma dirección IP. Se ha informado de que Google dio la información al FBI de las direcciones IP que se habían utilizado para acceder a la cuenta.
e) La ISP asocia las direcciones IP a distintas localizaciones, incluyendo hoteles;
f) Conocer la ubicación física desde la que se envían los mensajes de correo electrónico, con lo cual el FBI fue capaz de obtener una lista de personas que se encontraban en esos lugares cuando los mensajes fueron enviados, a través de las citaciones administrativas.
g) Aparecía un nombre en las listas cuando los mensajes eran enviados, por lo que esta persona fue considerada la principal sospechosa;
h) En este punto, el FBI solicitó una orden judicial para poder acceder al contenido de la cuenta de correo electrónico anónimo.
El FBI fue capaz de obtener la información sin tener que emitir una orden:
a) La dirección IP desde la que se enviaban  los correos electrónicos;
b) Los nombres de los proveedores de los servicios de telecomunicaciones que tenían asignadas esas direcciones IP;
c) Información de la persona asociada a la cuenta de correo electrónico utilizada para el envío de mensajes, junto con la información sobre otras cuentas de correo electrónico que también accedieron desde la misma dirección IP;
d) Las organizaciones, en este caso hoteles, a los que los proveedores de servicios de telecomunicaciones han asignado la dirección IP;
e) Lista de los clientes registrados en los hoteles durante el tiempo en que fueron enviados los correos electrónicos.
El FBI fue capaz de obtener esta información utilizando una citación administrativa. Pero también pueden haber utilizado Cartas de Seguridad Nacional, que no requieren de autorización judicial previa. Similar información podría obtenerse sin consentimiento judicial bajo las leyes federales de Canadá.