lunes, 9 de diciembre de 2013

Singularidad y despoblación

Alvin Reyes

We are being afflicted with a new disease of which some readers may not yet have heard the name, but of which they will hear a great deal in the years to come—namely, technological unemployment. This means unemployment due to our discovery of means of economising the use of labour outrunning the pace at which we can find new uses for labour.
John Maynard Keynes, 1930

Desde hace un tiempo he venido leyendo en la internet artículos relacionados un con un supuesto plan de las elites mundiales cuyo fin es reducir la población del planeta. La mayoría de estas historias caen dentro de las llamadas “teorías de la conspiración” pero son reforzadas por noticias como la siguiente:
“Una gran polémica ha despertado en Australia las declaraciones de la denominada mujer más rica del mundo luego que dijera que su solución para la miseria es esterilizar a los pobres.
“Evitando que los pobres procreen, podemos crear una nueva clase de australianos inteligentes, trabajadores y bien pagados que forjarán nuestro futuro económico”, señaló Gina Rinehart una multimillonaria heredera de un imperio minero.
Según Rinehart la manera de salir de la crisis económica que vive Australia es aplicar la vasectomía a los hombres y la ligadura de trompas a las mujeres para evitar que las “clases bajas se multipliquen”, así señaló Infobae que recogió informaciones del medio australiano The Daily Currant.”
"Estoy dispuesta a pagar un sueldo decente siempre que el destinatario sea el hijo de un doctor y no el hijo de un mesero frustrado. El problema es que las clases bajas parecen estar superando a los inteligentes y no puedo encontrar trabajadores decentes en ninguna parte", sostuvo.

Estas declaraciones pasan a darle fuerza a los que sostienen que los poderosos del mundo pretenden mediante una serie de guerras y hambrunas ficticias reducir la población a mucho menos de un tercio de la actual. Un trabajo de David Hodges publicado en Liberty Beacon titulado Depopulation of the Masses Has Begun afirma lo siguiente:

Debe quedar muy claro que cuando varios funcionarios y personas destacadas hablan de  que el planeta estaría mejor si la población humana se redujera de 7 mil millones a 500 millones, no mienten. ¿Cree usted que realmente están bromeando cuando la élite hace tales declaraciones?
Por todas partes en este planeta, la élite está afirmando su autoridad sobre los "comedores inútiles" que ocupan espacio y consumen "sus" recursos en este planeta. La mayor parte de la humanidad se mantiene en jaulas de zoológico metafóricas en todo el planeta y existe para el mero entretenimiento de la élite.”  
 (http://www.thelibertybeacon.com/2013/12/05/depopulation-of-the-masses-has-begun/)

Todos estos trabajos los he tomado, en principio, con ojeriza pues no me gusta lanzarme de cabeza a afirmar o defender una idea por atractiva que me parezca hasta que no esté seguro de que hay indicios claros de que esto puede ser verdad. Lo mismo para la existencia de extraterrestres, como la negación del holocausto Judío o los atentados del 11 de Septiembre. No me imagino un cuarto oscuro en un castillo de Europa rodeado por la niebla donde un grupo de hombres perversos discute la aniquilación de la población del planeta. Pero..... ¿Es posible que por lo menos a un grupo de hombres poderosos, corporaciones y/o gobiernos les haya pasado la idea por la cabeza? Cuáles serían los argumentos bajo los cuales se justificaría la despoblación del planeta? Estas preguntas me las he estado haciendo hace varios meses.

Pero entonces en estos días atrás estuve leyendo sobre Singularidad (Por Singularidad se entiende un avance tecnológico tal después del cual no hay vuelta atrás para la humanidad) y me encontré con la siguiente escalofriante afirmación:

“Si la Singularidad no puede prevenirse o limitarse, que tan mala podría ser ​​la era post-humana? Bueno..... muy mala. La extinción física de la raza humana es una posibilidad. (O como Eric Drexler lo explicó hablando de la nanotecnología: Teniendo en cuenta todo lo que esta tecnología puede hacer, tal vez los gobiernos simplemente decidan que ya no necesitan los ciudadanos!)”. (Vernor Vinge. The Coming Technological Singularity. VISION-21 Symposium sponsored by NASA Lewis Research Center and the Ohio Aerospace Institute, March 30-31, 1993. Pag. 11)
                                
Espérate un momento. ¿Lo que estos tipos están diciendo es que en un futuro no muy lejano la tecnología puede lograr tal nivel de avance de que las elites no nos necesiten más? ¿Es posible un mundo gobernado por una elite enriquecida servida por una tecnología que les permita usar solo los seres humanos indispensables para mantener la máquina en funcionamiento?

¿Qué está ocurriendo realmente con la tecnología y los empleos?  Voy a poner dos ejemplos vividos por mí desde la perspectiva de un habitante del tercer mundo, donde la escala de la implementación de tecnologías que desplazan mano de obra marcha a paso más lento pero de manera constante.

Generalmente en las tiendas cuando vas con un paquete que has comprado en otro lugar o, como la mayoría de las mujeres, con un bulto de mano o cartera grande, debes dejarlo en un lugar donde una joven lo guarda, te da un ticket, una especie de contraseña. Cuando terminas pasas de nuevo por donde la señora de los paquetes, le entregas el ticket y te devuelven tu paquete. Bueno pues ya he visto varias tiendas que han implementado una especie de casilleros donde guardas los paquetes, tecleas una clave y cuando te vas los recoges de nuevo y punto. La joven que nos atendía esta sin empleo. Maravilloso desde el punto de vista de logística y reducción  de costo, pero y el lado humano…. A lo mejor con ese sueldo la muchacha pagaba su universidad….

Otro caso es el de los parqueos de las grandes tiendas. Llegas a una barrera, pulsas un botón y la máquina dispensa una moneda de plástico. Tomas la moneda y la llevas a otra máquina. La introduces y también introduces un billete, la máquina de devuelve la moneda de plástico y también te da el cambio. Cuando te vas de la tienda depositas la moneda de plástico en otra ranura y la máquina te deja salir. Excelente la eficiencia tecnológica de estas máquinas….pero de nuevo….¿y el hombre que te daba tickets de parqueo?……ya no se necesita más…..poco a poco en mi cabeza la idea de la despoblación se va asentando con más solidez…..

Y por último quiero compartir estas  noticias que complementan la idea del desplazamiento de mano obra por tecnología. ¿Por qué coloco todos estos ejemplos a riesgo de que este trabajo salga demasiado extenso?, porque, ojo, no estamos hablando de sustituir trabajos de alto riesgo y de alta tecnología, no. Los ejemplos de arriba y los siguientes que leerán son empleos simples de mensajería, vigilancia y cajeros de supermercados, estamos hablando ya de sustituir por máquinas los únicos empleos que cualquier simple ser humano sin preparación podría realizar:

Supermercados sin cajeros:
¿Se imagina un supermercado sin cajeros, donde usted mismo sea quien pase los productos por el escáner?. 
No se trata de ciencia ficción, sino que ya hay 60.000 supermercados en el mundo que tienen cajas donde no hay ninguna persona, sino que el mismo cliente se encarga de escanear los productos uno por uno.
Tiendas como Walmart y Carrefour lo tienen en los Estados Unidos, Europa y la zona de Asia Pacífico. El concepto, denominado showrooming, consiste en un self check out”
Robots reemplazarán mano de obra humana en Google
“Un nuevo proyecto ambicioso de Google busca sustituir a la gente con robots en los trabajos no calificados. Los robots existentes ya están suficientemente desarrollados para desplazarse y mover cosas. Lo que falta es un avance en software y sensores.”

Amazon experimenta con drones para repartir volando sus pedidos a domicilio

“La empresa de comercio electrónico Amazon está realizando pruebas con mini-drones para repartir pedidos a sus clientes en solo 30 minutos, según ha revelado el presidente de la compañía, Jeff Bezos.
En una entrevista en el programa 60 Minutes de la cadena estadounidense CBS, el dueño de Amazon ha mostrado un vídeo en el que aparecen pequeños robots, conocidos como 'octocópteros', capaces de recoger pequeños paquetes en cubos amarillos y desplazarlos por el aire.”

Pero a mí siempre me han dicho las bocinas del sistema, los sacerdotes de la máquina, que los trabajadores desplazados por las tecnologías serán absorbidos por nuevas fuentes de empleo y que los ciudadanos lo que tienen que hacer es capacitarse para estar al día y poder insertarse en los nuevos empleos que las tecnologías irán generando. Oh.

Pero……. ¿Y si las velocidades de desarrollo son desiguales?... ¿Si el cambio tecnológico es más rápido? ¿Si el ritmo del crecimiento es tal que muchos de nosotros no podamos, por más esfuerzo que hagamos, alcanzar la velocidad, que pasará con nosotros?

“Y eso es un problema. Las tecnologías digitales cambian rápidamente, pero las organizaciones y las habilidades no marchan a ese mismo paso. Como resultado, millones de personas se están quedando atrás. Sus ingresos y puestos de trabajo están siendo destruidos, lo que les deja en peor situación en relación con el poder adquisitivo absoluto que antes de la revolución digital. Mientras que la base de nuestro sistema económico supone un fuerte vínculo entre la creación de valor y la creación de empleo, la Gran Recesión revela el debilitamiento o ruptura de ese enlace. Esto no solo una simple fase del ciclo económico, sino más bien un síntoma de un cambio estructural más profundo en la  naturaleza de la producción. A la vez que la tecnología se acelere también lo harán los desajustes económicos, socavando nuestro contrato social y en última instancia, perjudicando tanto a ricos como a pobres, no sólo a las primeras oleadas de desempleados.” (Erik Brynjolfsson and Andrew McAfee. Race Against the Machine. Digital Frontier Press Lexington, Massachusetts. Pag. 21)

Tenemos entonces una tecnología que avanza a gran velocidad, una velocidad que las personas comunes ni siquiera la mayoría de los negocios pueden alcanzar. Como dije arriba la tecnología no solo se está usando para desplazar empleos de alta calificación y ni para sustituir aquellos empleos donde el ser humano este sometido a alto riego, no, la tecnología ya les está quitando el modo de que ganarse la vida a los que están en el nivel más bajo del desarrollo educativo y social, les está quitando  los únicos empleos que eran capaces de realizar.

En ese escenario que hemos descrito ¿Es posible que una parte del poder mundial corporativo este realmente pensando en un posible escenario de despoblación? ¿Usted qué cree?

sábado, 30 de noviembre de 2013

La rutina mecánica

Tomado de:

Lewis Mumford, Técnica y Civilización (1934) Alianza Editorial. Primera edición en “Alianza Universidad”: 1971. Quinta reimpresión en “Alianza Universidad”: 1992. Págs. 289-292.

Examine el lector por sí mismo la parte desempeñada por la rutina mecánica y sus aparatos en su jornada de trabajo, desde el despertador que le hace levantarse por la mañana hasta el programa de radio que le acompaña para dormirse. En vez de abrumarle con la recapitulación, me propongo resumir los resultados de sus investigaciones y analizar las consecuencias.

La primera característica de la moderna civilización de la maquina es su regularidad temporal. Desde el momento del despertar, el ritmo del día esta medido por el reloj. Independientemente del esfuerzo o de la fatiga, a pesar de la desgana o de la apatía, la familia se levanta a la hora establecida. El tardar en levantarse está castigado con la mayor prisa en desayunarse o en correr para tomar el tren: a largo plazo, puede incluso significar la pérdida de un empleo o el ascenso en el negocio. El desayuno, el almuerzo, la comida, se hacen a horas fijas y tienen una duración bien limitada: un millón de personas realizan estas funciones dentro de un corto espacio de tiempo, y solo se toman escasas medidas para los que tengan que comer fuera de este plan regular. Al aumentar la escala de la organización, la puntualidad y la regularidad del régimen mecánico tienden a incrementarse: el reloj registrador regula automáticamente la entrada y la salida del trabajador, en tanto un trabajador que no cumpla con regularidad —tentado por la trucha de los riachuelos o por los patos de las marismas— se encuentra con que esos impulsos se tratan tan desfavorablemente como la embriaguez arraigada: si quiere atenerse a sus impulsos debe permanecer atado a los menos rutinarios dominios de la agricultura. “Los temperamentos refractarios de la gente obrera acostumbrada a paroxismos irregulares de diligencia”, de los que Ure escribía hace un siglo con tan piadoso horror han sido desde luego dominados.

Bajo el capitalismo, la medida del tiempo no es solamente un medio de coordinar e interrelacionar funciones complicadas: es también como el dinero un producto independiente con un valor propio. El maestro de escuela, el abogado, incluso el doctor con su programa de operaciones conforman sus funciones con un calendario casi tan riguroso como el de un maquinista de una locomotora. En caso de parto, la paciencia más bien que la instrumentación es uno de los requisitos principales para un alumbramiento normal satisfactorio y una de las garantías mayores contra la infección en casos difíciles. En este caso la interferencia mecánica del tocólogo, impaciente por reanudar sus visitas, ha sido ampliamente responsable del descredito corriente en la estadística de los médicos americanos, que utilizan el equipo más higiénico de hospital, si se compara con las comadronas que no intentan acelerar con brusquedad los procesos de la naturaleza. Mientras la regularidad en ciertas funciones fisiológicas, como comer y eliminar, puede de hecho ayudar a mantener la salud, en otros casos, como el juego, el trato sexual y otras formas de diversión, la fuerza misma del impulso es de sacudida más bien que de repetición regular: en este caso los hábitos fomentados por el reloj o el calendario pueden conducir al embotamiento y a la rutina.

Luego la existencia de una civilización de la máquina, completamente cronometrada, programada y regulada, no garantiza necesariamente el máximo de eficiencia en ningún sentido. La medida del tiempo establece un punto útil de referencia, y es inestimable en la coordinación de diversos grupos y funciones que carecen de otro marco cualquiera de actividad. En la práctica de una vocación individual dicha regularidad puede ayudar muchísimo en la concentración y en la economía del esfuerzo. Pero el consentir que gobierne arbitrariamente las funciones humanas es reducir la existencia misma a una simple esclava del tiempo y a extender las sombras de la cárcel sobre una zona demasiado amplia de la conducta humana. La regularidad que produce apatía y atrofia —esa acedia que era ruina de la existencia monástica, como lo es asimismo el ejército— es tan despilfarradora como la irregularidad que produce el desorden y la confusión. Utilizar lo accidental, lo impredecible, lo caprichoso es tan necesario, hasta en términos de economía, como utilizar lo regular: las actividades que excluyen las operaciones del azar provocan la pérdida de algunas ventajas de la regularidad.

En pocas palabras, el tiempo mecánico no es un absoluto. Y una población entrenada a atenerse a una rutina mecánica del tiempo con cualquier sacrificio de la salud, conveniencia y felicidad orgánica puede muy bien llegar a sufrir de la tensión de esa disciplina y hallar que la vida es imposible sin las más vigorosas compensaciones. El hecho de que el trato carnal en una ciudad moderna este limitado, para los trabajadores en todos los grados y sectores, a las horas ya fatigadas del día puede aprovechar a la eficiencia de la vida de trabajo solo con un sacrificio demasiado gravoso en las relaciones personales y orgánicas. Los beneficios prometidos por la reducción de las horas de trabajo de ningún modo constituyen una oportunidad para dar al placer corporal el vigor que hasta ese momento se ha agotado al servicio de las maquinas.
Junto a la regularidad mecánica, se observa el hecho de que una buena parte de los elementos mecánicos de hoy son intentos para contrarrestar los efectos del alargamiento del tiempo y de la distancias en el espacio. La refrigeración de los huevos, por ejemplo, es un esfuerzo para espaciar su distribución de manera más uniforme de lo que la gallina es capaz de hacer. La pasteurización de la leche es un intento de contrarrestar el efecto del tiempo que transcurre en la cadena entre la vaca y el lejano consumidor. Las partes que acompañan al aparato mecánico nada hacen para mejorar el producto mismo: la refrigeración simplemente detiene el proceso de descomposición, mientras que la pasteurización en realidad le quita a la leche algo de su valor nutritivo. Donde es posible distribuir a la población más cerca de los centros rurales en donde se producen la leche, la mantequilla y las verduras, los complicados aparatos para contrarrestar el tiempo y las distancias puede hasta cierto punto disminuir.

Se pueden multiplicar dichos ejemplos tomándolos de distintos sectores; apuntan a un aspecto de la máquina que no ha sido reconocido en general por aquellos originales apologistas del capitalismo de la máquina que consideran cualquier gasto extraordinario de fuerza motriz y toda pieza nueva de un aparato mecánico como un beneficio neto automático en eficiencia. En The Instinct of Workmanship (El instinto manufacturero), Veblen de hecho se ha preguntado si la máquina de escribir, el teléfono y el automóvil, aunque logros tecnológicos acreditados “no han desperdiciado más esfuerzo y sustancia de la que han ahorrado”, si no se les debe achacar una apreciable perdida económica, por haber aumentado el ritmo y el volumen de la correspondencia y la comunicación y los viajes fuera de toda proporción con las necesidades reales. Y Bertrand Russel ha observado que cada mejora en la locomoción ha incrementado el área sobre la que cada persona se ve impulsada a moverse; de manera que una persona que hace un siglo tuviera que emplear media hora para ir a trabajar, aún tiene que emplear media hora para llegar a su destino, porque el artefacto que le permitía ahorrar tiempo si hubiera permanecido en su situación original, ahora —llevándole a una zona residencial más lejana— anula de hecho el beneficio.


Ha de observarse aquí otro efecto ulterior de nuestra más estrecha coordinación del tiempo y de nuestra comunicación instantánea: la ruptura del tiempo y la ruptura de la atención. Las dificultades de transporte y de comunicación antes de 1850 actuaban automáticamente como pantalla selectiva que no permitía que a una persona alcanzaran más estímulos que aquellos a los que ella podía responder: una cierta urgencia era necesaria antes de que uno recibiera una llamada lejana o se viera uno mismo obligado a emprender un viaje. Esta condición de lenta locomoción física mantenía el trato a escala humana, y perfectamente controlado. Hoy día esta pantalla ha desaparecido: lo lejano esta tan próximo como lo cercano: lo efímero es tan importante como lo duradero. Mientras el “tempo” del día ha sido acelerado por la comunicación instantánea, se ha roto su ritmo: la radio, el teléfono, el clamor del periódico por llamar la atención, y en medio de la multitud de estímulos a que se encuentra sometida la gente, se hace cada vez más difícil absorber y poder con cualquier parte sola del ambiente, por no decir con el conjunto. El hombre corriente están tan sujeto a esas interrupciones como el estudioso o el hombre de negocios, e incluso el periodo semanal de  cese de las tareas familiares y de ensueño contemplativo, que ha sido una de las grandes contribuciones de la religión occidental a la disciplina de la vida personal, se ha convertido en una posibilidad cada vez más remota. Esas ayudas mecánicas a la eficiencia, la cooperación y la inteligencia han sido explotadas sin piedad, por la presión comercial y política, pero hasta ahora —por no reguladas y por indisciplinadas— han sido obstáculos a los fines mismos que pretenden favorecer. Hemos multiplicado las exigencias mecánicas sin multiplicar en grado alguno nuestras capacidades humanas por registrarlas y reaccionar de manera inteligente a ellas. Con las sucesivas demandas del mundo externo tan frecuentes y tan imperativas, sin ningún respeto por su verdadera importancia, el mundo interno se convierte progresivamente en algo estéril e informe: en lugar de una selección activa, hay una absorción pasiva que termina en un estado muy bien descrito por Victor Brandford como “huera subjetividad”.

jueves, 21 de noviembre de 2013

Quedan los barbaros…..

Alvin Reyes

Dice Edward Gibbon que los barbaros nunca quisieron conquistar Roma, sino formar parte de ella. Los barbaros siempre han estado ahí amenazando a los imperios, las ciudades, en todas las épocas.

Son barbaros todos aquellos que no son como nosotros. Todo aquel nacido /o criado más allá, pero dentro de los muros ahora, es un bárbaro.

Lo mismo para los Godos que para los mexicanos en EEUU, los dominicanos en Puerto Rico, los haitianos aquí en dominicana, los extranjeros de todas partes, maghrebíes y los negros de áfrica que acechan y “amenazan” a la  vieja Europa.

Los que son atraídos por el espejismo de la prosperidad más allá de sus fronteras. Ser ciudadano de Europa o ciudadano americano es un triunfo para un bárbaro, un paso en su vida que le traerá protección y acceso a un país y un sistema más rico que el de su origen. Soy americano hoy, soy romano del imperio. Soy dominicano diría un haitiano.

Pero lo único que nos deja el testimonio de la historia es que los barbaros siempre han estado ahí, a la sombra de todos los imperios, de todas las potencias, de todas las sociedades. Amenazando con su presencia la existencia de los ciudadanos imperiales. Pero no se han ido nunca.
Han, incluso, logrado prolongar la vida de los imperios aportando soldados. Cuando ya el imperio no tiene fuerza, han dado vitalidad y energía a los ejércitos imperiales.


¿No fue acaso Flavio Estilicón el general romano un bárbaro, un vándalo? Después del asesinato del emperador occidental Valentiniano II (392), Estilicón acompañó al ejército que conduciría a la victoria a Teodosio en la batalla del Frígido. Estilicón se distinguió en la batalla, y Teodosio, agotado por la campaña, lo vio como un hombre digno de ser responsable de la seguridad futura del imperio. El último emperador de una Roma unida designó a Estilicón como tutor de su hijo, Honorio poco antes de su muerte en 395, para asegurar su influencia sobre el nuevo y joven emperador, Estilicón casó a su hija con Honorio, lo cual fue un auténtico escándalo entre la nobleza y los cortesanos de Honorio, que no aceptaban que la hija de un mestizo medio bárbaro y medio romano, se casara con el emperador de Occidente.” (Wikipedia).

Y acaso no aportan los latinos una cuota importante en el ejército  de los EEUU y no fue España la que ofreció incentivos importantes a los  mismos latinoamericanos que desprecia en las calles para que se enrolaran en el ejército?


¿Que aportaran los barbaros de esta época? El empuje que necesita la actual civilización para mantener en movimiento la máquina? Y, si no tuvieran ese espacio, encenderían las calles precipitando su caída? Solo el tiempo dirá. Pero mientras la civilización sigue su acelerado ritmo hacia la incertidumbre y el caos podemos decir, acaso, como el filósofo rumano Cioran: No todo está perdido: quedan los bárbaros. ¿De dónde surgirán? No importa

jueves, 17 de octubre de 2013

Al servicio de la máquina

Alvin Reyes



Los únicos que han logrado dominar y dirigir a su antojo a la maquina fueron los reyes antiguos, los faraones. Porque la crearon por obra y mandato de los dioses y para el culto a su propia personalidad de semidioses. Pero una vez la maquina rebasó su misión religiosa, una vez salió del monasterio todos y cada uno de los gobernantes en mayor o menor medida han estado al servicio de la máquina, o lo que es lo mismo en búsqueda del poder y el dinero que son el combustible de esta.


Por eso es que ustedes ven que los presidentes, como en el caso de Obama, suben con muchas expectativas pero después no pueden hacer otra cosa que obedecer a sus verdaderos jefes: los amos y señores de la máquina. Los gobernantes ocultos los que viven por y para la gloria del dinero. Así también el héroe mediático de hoy, Putin, si bien es cierto que su gestión evitó una catástrofe, momentáneamente, no es menos cierto que no lo hizo por amor al pueblo Sirio si no porque este así es un socio estratégico para Rusia.


Todas las acciones y movimientos de los gobiernos planetarios están dirigidos única y exclusivamente satisfacer las necesidades de riqueza y poder de los sumos sacerdotes de la religión de la máquina. Los jefes de estado que han intentado, de alguna manera, oponerse a los designios omnipotentes de la máquina, han sido barridos del poder e incluso asesinados.



Por eso vuelvo a repetir aquí, y no creo estar muy equivocado, en que la lucha nuestra debe centrarse en quitarle el combustible a la máquina. Pero ese es un tema muy amplio. Requiere de un renacer del hombre, colocar de nuevo al ser humano en el lugar que le corresponde. Por encima del lujo, el dinero, el derroche, el hedonismo y sus consecuencias.


El tema es bastante amplio por lo que la lucha contra las ataduras de la máquina lo abordaré en otra ocasión con un materia que es más amplio y está casi terminado

lunes, 23 de septiembre de 2013

Espiritualidad



Alvin Reyes
Creo que al final de todo somos más espíritu que carne. Es más estoy casi seguro que somos 100 % espíritu, el cuerpo, la carne que poseemos es solo un medio usado por natura para expresar lo que somos. En ese sentido yo soy lo que me sienta por dentro. No soy mi pelo, ni mis uñas, ni el color de mis ojos, ni mi panza crecida, todo eso es azar, genética pura. Pero mucho menos soy los zapatos que calce, el celular que use ni la marca de auto que tenga, eso es comercio.

Nuestra sociedad premia, valora, estimula, la riqueza material por encima de la espiritual. Así la gente admira más la colección de autos del boxeador Floyd Mayweather que a Simon el estilista. Desde que tenemos uso de razón se nos traza la pauta del éxito: “Debes ser un gran profesional, un hombre de éxito”. “Quiero que mi hija sea una gran artista”. Bueno si lo logran bienvenido sea. Pero he visto padres partirse el espinazo para que sus hijos tengan lo ellos no tuvieron. Pero al referirse a eso solo lo hacen a lo material, se olvidan de que a lo mejor sus padres le dieron, de lo que tenían, lo mejor de ellos, le dieron amor, un amor que no estaba envuelto en celofán material, que no se reflejaba en colegios caros ni en costosos aparatos de juegos, se basaba en el deber de padre y en el estar ahí en el momento indicado.

El ser espiritual debe prevalecer siempre sobre el ser material como condición única para alcanzar esa felicidad, esa panacea, ese estado de gracia perpetua que hemos confundido con la consecución de artilugios materiales. Un espíritu rico, un espíritu autosuficiente siempre estará por encima de las apetencias materiales por lo que tendrá un alto porcentaje de posibilidad de alcanzar, al menos conocer bien de cerca el rostro de la felicidad. La riqueza espiritual te permite necesitar menos, ser más feliz con poco. El hombre que logra en su vida incrementar su riqueza espiritual por encima de las apetencias materiales vivirá mejores años que un hombre esclavo de las posesiones materiales.

Es posible que muchos consideren que nosotros propugnamos por una existencia miserable, vivir en andrajos por la calle con el rostro feliz. No. De ninguna manera, aspiramos a que los seres humanos vivan una vida digna donde sus necesidades estén cubiertas. A lo que nos oponemos es al culto al lujo y a la opulencia y al sacrificar lo poco que se nos da de vida en la búsqueda de objetos materiales, porque es una búsqueda sin fin ya que siempre los fabricantes de juguetes tendrán la inventiva suficiente para crear artefactos novedosos en comparación con el que ya tienes y tú, al ver que se han creado objetos mejores  que el que ya posees solo sentiras que tu existencia es miserable no apreciando las virtudes del que ya haz logrado obtener.

Quiero aclarar, por último, que la espiritualidad a la que me refiero no tiene nada que ver con religión. La religión es otro tipo de esclavitud que en su momento trataré. Acá solo quiero dejar por sentado que eso, que se ha dado en llamar alma, espíritu, ese yo interior de cada uno, ese es nuestro verdadero ser. Se debe todos los días del mundo hacer crecer ese yo interior, esa persona que somos, eso es lo que nos dará la fortaleza necesaria para enfrentar los aciagos días de destrucción y locura que estamos viviendo.