Por Alvin Reyes
Estos amigos, a los que dedico estas líneas, tienen parte de la razón, el problema que nosotros no renegamos de la técnica en cuanto a ella misma, sino que a los que nos oponemos es a la sustitución del hombre por la máquina. Aquí debemos hacer un señalamiento importante antes de proseguir: cuando nos referimos a la sustitución no es a que por ejemplo la tecnificación de las fabricas va a lanzar a seres humanos desempleados a la calle, para mí esto es una parte pequeña del problema, lo grave es cuando los seres humanos pasamos a hacer parte de la máquina, una pieza más en un engranaje automático cada vez más despojado de humanidad.
Antes de que mis amigos brinquen a defenderse vamos a tratar de explicar a que nos estamos refiriendo cuando hablamos de convertir al ser humano en una herramienta más de la máquina. (En el primer post de este blog dijimos que al hablar de maquina nos estaremos refiriendo a un sistema automático e integrado de explotación tanto del hombre como de la naturaleza). “Lo que es importante entender es que la automatización en su forma final es un intento de ejercer control, no solo del proceso mecánico en sí, si no del ser humano que una vez lo dirigió: convirtiéndolo de ser una parte activa a una parte pasiva, y finalmente eliminándolo” (Lewis Mumford. The pentagon of Power. The myth of the machine. Vol. 2. Harvest/HBJ Book. Ed. 2011 Pág. 189).
Para ilustrar lo que queremos decir vamos a comentar algunos ejemplos de la vida cotidiana. La mayoría de nosotros alguna vez en la vida hemos entrado a un restaurant de esos de comida rápida (McDonalds, Burger King, etc.), han visto ustedes los jóvenes que los atienden con esa sonrisa artificial, sus audífonos en las orejas y la misma estúpida pregunta de siempre: “ Gracias por venir a … puedo tomar su orden”, y cuando terminas de ordenar todos, sin excepción hacen la misma pregunta: “Porque no agranda su combo con esto y lo otro”... y luego: “Para comer aquí o para llevar”. Estos jóvenes entrenados les parecen seres humanos o maquinas. No me crean a mi vuelvan a un lugar de esos y tómense, como lo he hecho yo, un par de minutos y obsérvenlos.
El segundo ejemplo de sistemas hombre/maquina son los servicios telefónicos de atención al cliente. Miles de nosotros hemos hecho reclamaciones por teléfono a nuestros proveedores de telefonía, cable, internet, servicios bancarios, reclamaciones de seguro, etc. Lo primero es que no hablamos en principio con un ser humano igual que tu o yo, es una grabación que debes seguir también paso a paso, ojo en este punto, la maquina nunca te dará opciones abiertas, todas son cerradas: para esto marque 1, para lo otro marque 2, para etcétera marque 3…. Y cuando puedes hablar con un “ser humano” te das cuenta de que hace rato que este está en automático: Gracias por llamar a…fulano le asiste. (No esperen otro saludo). Cuando le dices tú problema tienes que identificarte, la maquina es muy incrédula, tienes que dar tu número de contrato, tu cedula, fecha de nacimiento y el nombre de dos tías que no vivan con usted para que puedas reclamar, algo a lo que tienes derecho a hacer porque al final de cuentas tu eres el que paga. Te toman tus datos, te llenan una reclamación, dentro de los límites definidos por la máquina, recuerden no existen opciones abiertas cuando te enfrentas a la máquina, ella pone las reglas de juego. Por cierto todos sin excepción cuando están investigando algo al pasar unos segundos se disparan con la misma imbecilidad aprendida: aunque no me escuche estoy trabajando con usted, no importa a que compañía llames siempre es lo mismo.
Otro ejemplo muy bueno de la automatización y el despojo de la humanidad son las compras por Internet. Abres la página de Amazon cliqueas lo que quieres, lo pagas online, en este punto no has hablado con nadie, un correo te confirma la operación. En el caso de la compañía que utilizo para el manejo de los paquetes con un código que tengo puedo seguir perfectamente paso a paso donde está mi paquete, desde la soledad de mi cuarto estoy comprando un libro sin hojearlo y sin hablar con el librero. El único contacto humano al que tengo acceso es la atenta joven que me entrega el paquete al final del proceso, pero para ella no soy Alvin Reyes soy do80q54605n.
Muy bien, el automatismo en la sociedad moderna ha llegado a límites peligrosos. Aún así, le achaco la culpa no a la tecnología sino a la educación. Es difícil conseguir empleados si quiera que cumplan sus funciones automatizadas de manera satisfactoria, eso hace imposible que hagan un buen trabajo con una directriz envidiable como "usa el sentido común" o "se razonable." Si fuera dueño de un restaurante o un banco me viera obligado a apoyarme de la automatización porque si no quebrara, por eso no existen ejemplos del caso contrario. Es necesario enseñar a las personas a pensar y ser intelectualmente libres. Sin esto nunca tendremos una sociedad realmente "humana" y con esto podemos lograrlo por encima de cualquier tecnología.
ResponderEliminarExacto,el problema es que el sistema esta diseñado para que el ser humano sea una pieza mas de la maquina, entonces se va perdiendo lo que nos hace humanos que es lo que dices cuando hablas de que falta sentido comun o la falta de "ser razonable"
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