jueves, 30 de octubre de 2014

Tres Guerras perdidas

Alvin Reyes
                                                    

Todos los días, desde hace más o menos 20 años los ciudadanos del mundo, sea por papel periódico, la televisión o el internet nos encontramos con noticias que giran en torno a los siguientes titulares:

Ministro de Interior de Perú: “Estamos en guerra contra la delincuencia y la vamos a ganar”

Centroamérica bajo fuego en guerra contra el narcotráfico

EE.UU. se debate entre las libertades civiles y la guerra contra el terrorismo

El denominador común de los titulares precedentes es la palabra guerra. De los titulares se deduce que los estados modernos del siglo XXI le han declarado la guerra a la delincuencia, al narcotráfico y al terrorismo. Todas las  acciones  policíaco- militares giran en torno al desarrollo de estas guerras y cada vez más los sistemas de control y de vigilancia, e incluso la violación de derechos de los ciudadanos, están en consonancia con los objetivos de estas guerras. Cuando una patrulla le detiene a usted, violando su derecho al libre tránsito, o cuando su teléfono o cuenta de e-mail es intervenida, no es más que otra batalla de las que se libran en cada una de estas tres guerras, con el agravante de que para el Estado el enemigo no es otra  nación o grupo étnico, para el sistema el enemigo puede ser usted por el solo hecho de leer estas líneas.

Nosotros sin embargo consideramos que el llamarle guerras a estas problemáticas o conflictos no es más que un eufemismo y que en el sentido de lo que es una guerra están perdidas desde antes de comenzar. Veamos a que queremos referirnos.


Según la popular Wikipedia la guerra “Supone el enfrentamiento organizado de grupos humanos armados, con el propósito de controlar recursos naturales o humanos, o el desarme, sometimiento y, en su caso, destrucción del enemigo, y se producen por múltiples causas, entre las que suelen estar el mantenimiento o el cambio de relaciones de poder, dirimir disputas económicas y/o territoriales. En Ciencia Política y Relaciones Internacionales, la guerra es un instrumento político, al servicio de un Estado u otra organización con fines políticos.”

O sea una guerra tiene enemigos definidos, dos o más antagonistas. Una disputa: una frontera, una salida al mar, etc. Y un final: la imposición de un enemigo sobre otro por medio de la conquista armada o que la guerra se convierta en un coste económico tal que uno delos enemigos, agotado por el esfuerzo económico opte por rendirse. Casi todas las guerras terminan con un tratado o acuerdo donde el vencedor pone condiciones, generalmente del tipo económico o territorial, al vencido.

En ese sentido podemos decir que en la I Guerra Mundial ganaron los aliados, La Triple Entente: Francia, Reino Unido y Rusia, con EE UU y los derrotados fueron La Triple Alianza: Alemania, Austria-Hungría e Italia. Y el conflicto terminó con la firma del tratado de Versalles. No importa que el resultado hubiese sido a la inversa y que se hubiese firmado, digamos el Tratado de Berlín. En algún momento la I Guerra Mundial terminaría dando como resultado un vencedor, y unos vencidos y un acuerdo de Paz. Lo mismo con la II Guerra Mundial, la de Corea, la de Vietnam o la de Indochina y cualquier guerra futura como una hipotética guerra entre EE UU e Irán.

Pero en el caso de las guerras señaladas al inicio, contra la delincuencia, el narco y el terrorismo, donde están los antagonistas de estas guerras? A quien representan los carteles delas drogas? Si se decide negociar un armisticio con los delincuentes con quien se va hacer con las llamadas Maras? Con los del barrio Capotillo al norte de Santo Domingo, con los delincuentes de las favelas de Rio de Janeiro en Brasil? Con cual terrorista vas a negociar un alto al fuego. Con los islámicos?, y entre estos con el ISIS o con Al-Qaeda? o con la derecha radical americana  de Timothy Macbain, o con los Somalíes?

Y luego están las causas de los conflictos. Las causas de la delincuencia son tan múltiples que no tenemos el tiempo ni la capacidad para evaluarlas todas, son tan variadas algunos dicen que es la pobreza la causa a más pobres más delincuentes, pero hace 30 ó 40 años éramos más pobres y había menso crímenes?. En el caso del narco es peor porque se acusa a los latinos y a los asiáticos de inundar a Estados Unidos y Europa con drogas, pero del otro lado se riposta diciendo que en esos países es que esta el mercado.

En el caso del terrorismo podemos atender a las palabras de Zygmunt Bauman “En un círculo vicioso, la amenaza de terrorismo se convierte en inspiración de más terrorismo, derramando por el camino todavía más terror y una cantidad cada vez mayor de gente aterrorizada, los dos productos que busca el terrorista, cuyo nombre deriva precisamente de esta intención. Se podría decir que las personas aterrorizadas son los aliados más fieles del terrorista, aunque lo sean involuntariamente. El «deseo comprensible de seguridad», siempre a disposición de cualquier aprovechado hábil y astuto que quiera manipularlo, avivado ahora por los actos dispersos y aparentemente imprevisibles del terror, acaba siendo el principal recurso del terror para cobrar fuerza.
Incluso en el poco probable caso de que se cierren las fronteras para los viajeros no deseables, la posibilidad de otro atentado terrorista no se reducirá a cero. Las injusticias generadas a escala global fluyen en el espacio global tan fácilmente como las finanzas o la última moda; también fluye el deseo de vengarse de los criminales de verdad o, en el caso de que sean inaccesibles, de los cabezas de turco más apropiados. Cuando los problemas globales toman tierra, se asientan localmente y pronto echan raíces, y si no alcanzan una solución global, buscan blancos locales para descargar la frustración resultante. Hussain Osman, uno de los sospechosos principales del ataque en el metro de Londres, escapó de la detención y llegó a Italia, aunque, según Carlo De Stefano, un oficial jefe de la policía antiterrorista italiana, no se encontrase ningún vínculo entre él y los grupos terroristas locales.Zygmunt Bauman. Terrorismo y Religión.
 (http://www.ddooss.org/articulos/otros/Zygmunt_Bauman.htm)

En los tres conflictos donde faltan los componentes principales de la guerra: el enemigo  no está claramente definido y las causas de los conflictos son tan variadas y los actores tan diversos que no es posible establecer en qué momento se llegara a la causa raíz de los mismos? Cuando se derrotará la delincuencia, cuando al narco, cuando al terrorismo? Con quienes se firmará la paz?


La única explicación lógica que le veo en llamar guerras a estos tres fenómenos es del tipo económico y político. Mientras haya guerra habrá mercado para las armas y mientras haya terror  habrá control político sobre los aterrorizados.

viernes, 10 de octubre de 2014

Los fantasmas de la guerra

Alvin Reyes                                                            “Memories can't ignore
                                                                    Anguish of before
                                                                    Satisfy the scorn.
                                                                      Rise ghosts of war.”
                                                                                 Slayer
                                                                                 Ghosts of war
En la mañana del 28  de junio de 1914, cuando el archiduque Franz Ferdinand y su esposa, Sophie Chotek, llegaron a la estación de ferrocarril de Sarajevo, Europa estaba en paz. 37 días después estaba en guerra. El conflicto mató a más de 15 millones de personas y destruyó tres imperios.

La situación mundial a la mañana del asesinato era bastante complicada porque había regímenes moribundos y regímenes ascendentes. Los primeros se resistían a morir y los últimos aspiraban al espacio que ellos entendían que les tocaba en el tablero mundial.

En 1907 por un lado teníamos la triple alianza formada por Italia, Alemania y Austria, por otro lado Francia y Rusia habían formado la alianza franco-rusa que estipulaba el apoyo mutuo en cualquier enfrentamiento con la Triple Alianza. Después en virtud de un tratado previo entre Inglaterra y Francia, esta se unió formalmente a la alianza. Estos dos poderes años después se enfrentarían en la Primera Guerra Mundial.

Todos estos movimientos estratégicos en Europa tenían como telón de  fondo una serie de conflictos y disputas imperiales ultramarinas y dentro de la propia Europa que sirvieron como caldo de cultivo para la gran conflagración. Francia había resultado vencida por Alemania en la guerra de 1870, Francia, España y Alemania tenían disputas pendientes en el norte de África, por otro lado estaban los serbios  reclamando la creación de una Gran Serbia enfrentada a la anexión de Bosnia-Herzegovina por parte del Imperio Austro-Húngaro, y en el oriente se libró la guerra Ruso-Japonesa de 1904. Hay todo un largo etcétera de situaciones inflamables que unidas todas a la ceguera de los dirigentes de aquella época precipitaron el mundo a la guerra.

Exactamente cien años después nos parece que solo estamos esperando el suceso equivalente al asesinato del duque para lanzarnos a la aniquilación. Viejas potencias en decadencia. Nuevos poderes que surgen. Los viejos se resisten a administrar su decadencia y los nuevos reclaman su espacio. Hace veinticinco años nadie se imaginaba el auge de Rusia, de manos de un hombre con todas las ínfulas de un zar de la vieja Rusia, ni el crecimiento exorbitante que iban a provocar las medidas iniciadas en China por Deng Xiao Ping. Los poderes occidentales no han entendido, o no han querido entender, que los vientos soplan de otra manera, que occidente, primero no tiene el derecho a imponer su política en el mundo y mucho menos cuenta con la pujanza económica ni la fuerza moral para intentarlo. Con lo único que cuentan es con un arsenal capaz de llevar a la humanidad a la aniquilación total.

Tomemos únicamente el caso de Ucrania, sin dejar de reconocer la peligrosidad de los demás conflictos, especialmente los que enfrentan a occidente con el mundo musulmán. En el conflicto de Ucrania lo que se ve y se promueve en el lado occidental, liderados por EEUU y la Unión Europea, es un Putin que se ha anexado Crimea unilateralmente y que este movimiento tiene como base el deseo del estadista ruso de establecer una nueva Unión Soviética.

Lo que en realidad ha ocurrido es que desde hace unos años la Unión Europea y EEUU están empeñados, casi obsesionados, con la expansión de la OTAN hacia el este a pesar de las señalas claras que han estado enviando los rusos de que no se van a dejar cercar. Ejemplo de estas señales son la invasión a Georgia en el 2008 y la rápida anexión de Crimea raíz de los acontecimientos en Ucrania.

Vemos entonces que las decisiones que están tomando los que están a la cabeza de los países en conflicto son tan irracionales ahora como las fueron las de sus pares hace cien años cuando Europa fue a la guerra después de una serie de decisiones que no tomaron en cuenta las situaciones reales en los lugares de conflictos, ni los cambios en el balance de poder que estaban ocurriendo en la vieja Europa, si no que se tomaron en base a los intereses particulares de los dirigentes de la época.

“Este es uno de los problemas centrales a que se enfrentan todos los que trazan las políticas exteriores: el interés nacional no es un objetivo que se persigue debido a una presión ejercida desde el exterior, si no la proyección de los intereses particulares de las elites políticas”. (Cristopher Clark. The Sleepwalkers: How Europe went to war in 1914. HarperCollins Publishers. 1st Ed. 2014. Pág. 190).


Es por esto que creemos que las elites políticas del mundo industrial y post  moderno nos están colocando peligrosamente a las puertas de una gran guerra. No sabemos si al final primara la cordura o la insensatez, pero estoy más seguro de esto ultimo…..

lunes, 22 de septiembre de 2014

La humanidad en guerra

Alvin Reyes

La guerra es una de las instituciones más antiguas de la humanidad rivalizando, quizá, con la invención de los Dioses.  Desde el surgimiento de los primeros asentamientos urbanos hemos estado en guerra. El enemigo pudiera ser cualquiera que adorase un Dios diferente al mío o aquel que se resistiera a la voluntad del Rey. Como dice Platón, citado por Lewis Mumford en “La Ciudad en la historia”, “cada ciudad está en un estado de guerra natural contra cualquier otra”.
La guerra se hizo en principio para obtener esclavos, para obtener víctimas para los sacrificios humanos a los Dioses. Luego la expansión de las primeras metrópolis y sus necesidades de recursos, riquezas y poder dieron lugar a las primeras guerras de expansión territorial en búsqueda de los  materiales e impuestos necesarios para mantener a Nínive, Babilonia, Roma, etc.
La guerra nos ha acompañado desde el principio en esta aventura llamada humanidad. Pero, ¿cuál es el rasgo característico de esta época que me motiva a escribir estos párrafos? Si siempre hemos estado en guerra, ¿qué diferencia el siglo XXI de los siglos anteriores de muerte y destrucción por la guerra?
Lo que caracteriza este siglo es la difusión de la guerra. En los actuales momentos la humanidad completa está en guerra. Hemos fomentado un estado de división permanente que ha desplazado la guerra convencional de las llanuras y estepas de Europa, de los desiertos de Asia y África y lo ha llevado a cada nivel de nuestra civilización. ¿Cómo es esto? Veamos.
Actualmente no existe casi ningún campo de la esfera humana, de la sociedad, de la civilización que no esté rasgado, dividido o en vías de división. Así tenemos homosexuales contra heterosexuales, nacionalistas versus inmigrantes, la guerra de los sexos: el hombre contra la mujer, hijos emancipados del yugo paterno, separatistas catalanes versus españoles, separatistas escoceses versus la corona británica, peruanos versus chilenos, cristianos contra musulmanes, judíos contra musulmanes, judíos ortodoxos versus judíos liberales, y un largo etcétera que dejaremos hasta aquí por no cansar la lector con redundancias. Pero lo cierto es que cada día se abren más frentes de opuestos que luchan unos contra otros en una guerra sin cuartel y con proporciones de convertirse, todas ellas, en irreconciliables. Muchas de estas disputas son muy antiguas pero otras son fruto de los tiempos líquidos que estamos viviendo. La miopía se ha apoderado de todos nosotros y hemos perdido la perspectiva de la humanidad como un conjunto que debería tener un objetivo común y nos hemos vestido con el uniforme que creemos que nos toca vestir y estamos en guerra contra todo aquel que no piense como nosotros.
La humanidad tiene por delante una serie de retos, muchos de los cuales no harán otra cosa que agravarse: colapso económico, catástrofes climáticas, escasez de energía, la sombra de la guerra planeando sobre Europa, el mundo islámico en agitación, etc. y al parecer  la humanidad se apresta a encarar estos retos y amenazas más dividida que nunca.

jueves, 28 de agosto de 2014

ONU: Las tecnologías sin control humano son un primer paso hacia los robots asesinos

Tomado de Actualidad RT


Naciones Unidas considera que el uso de robots militares que abran fuego sin ningún tipo de control humano debe ser contemplado como actividad ilegal.

Angela Kane, Alta Representante de la ONU para Asuntos de Desarme, advierte que pronto se podrían crear robots militares capaces de abrir fuego sin control humano, informa 'The Telegraph', y considera que las autoridades deben ponerse de acuerdo para prohibir del uso de estas tecnologías, según cita a Kane el periódico británico. 

"Cualquier arma es terrible, pero si se puede activar sin intervención humana aún es peor. Esto complica y deshumaniza la guerra", afirma Angela Kane. "De esta manera la guerra se despersonaliza, por eso creo que las armas sin control humano deben ser ilegales. Y la decisión debe ser anunciada por los estados capaces de desarrollar este tipo de armas", añadió la Alta Representante.

Según señala 'The Telegraph', las mayores potencias militares no han expresado aún ninguna intención de discutir el problema. Mientras tanto, Kane cree que los automóviles sin conductor que actualmente están siendo probados marcan el primer paso hacia la técnica militar que puede ser activada sin control humano. "Cada vez se crean más armas automatizadas", afirma Kane. "El problema radica en las armas con capacidad de elegir y atacar blancos sin ninguna intervención humana. ¿Quién es responsable en este caso?", se pregunta la Alta Representante.

Las Naciones Unidas ya han celebrado la primera reunión dedicada al tema de las armas automatizadas y planean organizar otra conferencia en otoño, informa la ONU a través de su web oficial.

Las autoridades militares incrementan el uso de robots, entre ellos las unidades de desactivación de explosivos y drones armados, recuerda Ben Farmer, comentarista militar de 'The Telegraph'. Israel ya ha experimentado con el uso de robots de control fronterizo. Sin embargo, según aclara el experto, todas las armas de estos aparatos son controladas por personal que decide si la situación requiere abrir fuego.
 
En teoría se podrían crear robots equipados con sensores que activen las armas, pero, según señalan los expertos, incluso las máquinas más avanzadas tienen una capacidad limitada de actuar de la manera independiente.

Noticia original en The Telegraph


jueves, 7 de agosto de 2014

La rebelión de la máquina

Alvin Reyes

El hombre creó los Dioses para rendirle culto.

Luego el hombre se hizo Rey para hacer  la voluntad de los Dioses.

Y para dirigir los vasallos se inventó el Estado.

Para administrar el Estado, someter a los vasallos y explotar la naturaleza surgió la máquina.

Y los dioses dijeron “Quiero un templo”.

Y la máquina inventó la guerra para conseguir los esclavos que construyeron las pirámides.

La máquina siempre estuvo al servicio del Estado, por y para la gloria del Rey.
Y luego para la gloria de Mammón.

Durante siglos máquina y Estado fueron uno.  La máquina al servicio del Estado, del emperador, del gobierno, del partido, de la nación.

 Para conquistar territorios, para exterminar naciones, para abrir mercados.

Pero hoy ya esto no es así. Las corporaciones gobiernan y ahora el Estado está al servicio de la máquina.

La máquina ahora sigue su propia agenda, no le importan los nacionalismos ni los interese de los Estados. Solo sigue el camino del beneficio económico.

Consideremos lo siguiente:

 A pesar de ser compañías estadounidenses sólo alrededor de una quinta parte de los empleados de IBM en todo el mundo son estadounidenses y sólo el 40 por ciento de GE. La mayor parte de las últimas contrataciones e inversiones de Caterpillar se han hecho fuera de los EE.UU. De hecho, desde el año 2000, casi cada corporación multinacional americana grande ha creado más puestos de trabajo fuera de los Estados Unidos que dentro. Si se agrega a estos el número de  sub-contratistas extranjeros, la diferencia es aún mayor. (*)

Otro  ejemplo.

Las empresas "americanas" reciben créditos fiscales generosos y subvenciones para la investigación y el desarrollo, cortesía de los contribuyentes estadounidenses. Pero en la reducción de los costos de estas corporaciones de I + D en los Estados Unidos, los créditos fiscales y los subsidios pueden llegar a proporcionar dinero adicional para que hagan más  I + D en el extranjero. 3M está construyendo centros de investigación en el extranjero a un ritmo más rápido de lo que les está expandiendo en América. (*)

La máquina no tiene ya nacionalidad la máquina se rebeló contra su creador, el Estado, contra los Reyes, contra el ser humano. Ella, en la forma de las corporaciones, tiene su propia agenda.

Y esta no incluye la felicidad de los seres humanos.

(*) Datos tomados de: The Increasing Irrelevance Of Corporate Nationality by Robert Reich

(http://www.social-europe.eu/2014/07/corporate-nationality/)





sábado, 26 de julio de 2014

Elogio de la holgazanería

Publicado originalmente en El Cofidencial
“Debemos construir la habilidad de ser nosotros mismos y no hacer nada. Eso es lo que los teléfonos han hecho desaparecer. La capacidad de estar quietos. Es en lo que consiste ser una persona”. Con esta cita del cómicoLouis C.K., el científico y escritor Andrew J. Smart ilustra uno de los grandes problemas del ser humano en el siglo XXI: la necesidad autoimpuesta de estar permanentemente ocupados. El ocio es el enemigo, algo que nos detiene en la conquista de nuestros objetivos y que puede acabar con nuestro bienestar material. Sin embargo, el esfuerzo continuo no nos hace más felices, ni siquiera nos permite conseguir mejores resultados. Simplemente, acaba con nuestra creatividad, con nuestra felicidad y nuestra humanidad.

Smart acaba de publicar en EspañaEl arte y la ciencia de no hacer nada. El piloto automático del cerebro(Clave Intelectual), en el que explica desde un punto de vista neurológico –aderezado con observaciones literarias y filosóficas– por qué deberíamos empezar a no hacer nada. En primer lugar, porque, como explica a El Confidencial, “el cerebro es una maravilla compleja y no lineal que siempre está activa”. Hay partes de nuestro cerebro, como el córtex prefrontal, que se activan cuando no hacemos nada y que “te permiten acceder a tu inconsciente, tu creatividad y tus emociones”. Perder el tiempo potencia nuestras habilidades, nos ayuda a conocernos y a sentirnos en paz. La conclusión, para Smart, está clara: “Es aceptable ser vago”.

El hombre no nació para trabajar

Se trata de una idea que lleva circulando desde hace mucho tiempo en la neurociencia y que ha formado parte de la cultura durante siglos. El descanso era tan consustancial a la vida diaria como el trabajo. Sin embargo, la revolución industrial, el capitalismo, la urbanización de la sociedad y la globalización han cambiado las costumbres del individuo y han convertido el tiempo en el bien más preciado. Por el contrario, la vaguería (o, mejor dicho, la ociosidad) es hoy en día un importante tabú. ¿Cómo hemos llegado hasta aquí?

La ética protestante, heredada por el capitalismo, comenzó a cambiar las tornas respecto al trabajo, que durante siglos había sido considerado un castigo divino. “Lutero pensaba que los pobres eran vagos y necesitaban ser castigados con el trabajo duro”, explica Smart. “En el libro hablo de nuestro pasado evolutivo, y cómo el ocio era necesario para recuperarse después de cazar y escapar de depredadores”. Sin el descanso, habría sido imposible que el ser humano mantuviese todas las exigencias físicas de un mundo dominado por la naturaleza. “Hoy en día no tenemos que hacer nada físico para sobrevivir excepto caminar al coche, pero quizá la compulsión de estar ocupados esté relacionada de alguna manera con ello”.

Durante siglos, se pensó que el desarrollo tecnológico permitiría al ser humano disponer de más tiempo libre. “Los radicales del siglo XIX como MarxBakunin apostaban por una sociedad basada en el ocio”, recuerda Smart. “Economistas mainstream como Keynes pensaban que hoy en día tendríamosuna jornada laboral mucho más corta, y Oscar Wilde escribió que los pobres debían ser liberados por las máquinas”. Sabemos perfectamente que no sólo no trabajamos menos, sino que la tecnología ha provocado que dediquemos las 24 horas del día al trabajo, a diversos compromisos familiares y sociales y a consultar las notificaciones del móvil.

Hay un interés detrás de todo ello, sugiere Smart. “Las largas horas de trabajo benefician a la élite de varias maneras –consiguen convertir el valor de nuestro trabajo en beneficio–, mientras estamos intentando trabajar todo lo posible no nos organizamos, algo que siempre ha sido una amenaza a sus intereses”. Otra contrapartida: “Previene el pleno empleo porque siempre puedes amenazar a los empleados con el desempleo por trabajar lo justo, pero si todos trabajásemos menos horas podríamos emplear a todo el mundo”. ¿La paradoja inherente a todo ello? “Si sólo trabajásemos unas pocas horas al día, seríamos tan productivos o incluso más que si lo hiciésemos diez horas al día”.

“Mi visión particular es que todo el mundo puede disfrutar del ocio que necesite sin dañar su seguridad material. Creo que se tiene la falsa creencia de que si dejásemos a la gente tener todo el ocio que quisieran nadie trabajaría”, argumenta Smart. “No creo que eso sea verdad: la gente trabajaría en lo que desease, no en la basura en lo que suele trabajar. La gente no es vaga, simplemente tiene trabajos lamentables”.

El culto a la agenda apretada

Pero ese culto a la productividad forma parte ya casi inseparable de nuestras vidas. Exigimos a nuestros hijos que se olviden del ocio, tan necesario para el desarrollo emocional y personal, y abracen un gran número de actividades extraescolares o aficiones, siempre vistas como una obligación, como es el caso de aprender a utilizar un instrumento musical o practicar un deporte. “Estoy de acuerdo en que me sentiría muy raro como padre si le dijese a los que acaban de apuntar a sus hijos en 14 actividades que los míos no hacen nada”, reconoce Smart. “Nos sentimos culpables si no tenemos a nuestros hijos apuntados a natación, música, chino, etc”.

Esta trampa no deja de producir paradojas. Una de ellas es que aquellos que más dinero y poder tienen en sus manos son precisamente los que disponen de menos tiempo libre. Sin embargo, Smart sugiere que algunas personas podrían disfrutar más, o estar más preparadas biológicamente que otras, para aguantar el estrés. “Los CEO, banqueros y políticos no son la clase de personas que uno consideraría creativas o que te gustaría conocer de forma personal”, sugiere el científico. “Su ocupación los daña de la misma manera que a los demás, pero en la situación presente se benefician de ello, incluso aunque les haga daño a la larga”.
Mucho se ha escrito ya sobre los problemas que causa la multitarea, es decir, nuestra tendencia a realizar diversas actividades al mismo tiempo, algo que provoca que no hagamos bien ninguna de ellas y perdamos nuestra capacidad de concentración. Pero Smart va más allá. No se trata de reorganizarse para ser más productivos, sino de, simplemente, redescubrir quiénes somos y lo que queremos.
Andrew Smart trabaja con la Universidad de Nueva York.
“El escritor Steven Poole escribió un gran artículo sobre lo que denomina ‘el culto a la productividad’, donde todo lo que hacemos –incluso si es simplemente relajarse– tiene algún objetivo funcional o sirve a la motivación utilitaria de ser productivo”, recuerda Smart. “Insisto en mi libro en que estar desocupado es bueno por sí mismo, no para convertirse en unhipster digital más productivo”. Esa es una de las paradojas del libro. Si bien sugiere que tomarse varios descansos en el trabajo o dejar la mente vagar durante un buen rato al día puede mejorar nuestra creatividad  y desempeño en el trabajo, Smart es particularmente crítico con la utilización de su libro para conseguir ser aún más eficientes.

“Es difícil escapar de ello, porque hay quien lee mi libro y se dice 'oh, vale, ahora tengo que añadir no hacer nada a mi lista de tareas'. Es no haber entendido nada”, se lamenta Smart, que explica cómo la escritora Bridig Shulte, autora de Owerwhelmed, un libro sobre la falta de tiempo libre en nuestra sociedad, recibe continuamente ofertas por parte de importantesthink-tanks para explicarles cómo el ocio puede hacer más productivos a sus empleados. Otra manifestación más de la obsesión de nuestra sociedad por traducir lo que no tiene precio en números, metas y nombres tachados de una lista.

El ser humano, en peligro

El problema que late detrás de todo ello es que, quizá, el ser humano esté perdiendo aquello que le distinguía del animal, la capacidad de autorreflexión y de conciencia sobre uno mismo. Por el contrario, nos estamos convirtiendo en una mezcla de los animales que sólo son capaces de reaccionar a los estímulos de su entorno y las máquinas que obedecen constantemente órdenes externas. “La habilidad para pensar sobre nosotros mismos es una capacidad humana que ninguna otra especie puede llevar a cabo”, añade Smart. “Requiere una gran corteza prefrontal y la capacidad de metacognición. Si dejamos que esta habilidad se atrofie de forma individual, tendrá consecuencias socialmente negativas”.
Si somos conscientes de que el estrés cotidiano y nuestros horarios sobresaturados acaban con nuestra inspiración, ¿por qué no hacemos nada para evitarlo? Smart traza un paralelismo con la adicción al tabaco. Cuando empezamos a fumar de adolescentes, resulta atractivo porque nos hace parecer más mayores y más interesantes; pero para cuando nos damos cuenta de que nos perjudica, nos encontramos con que la motivación inicial se ha esfumado y es difícil hacer desaparecer la adicción.

¿Qué podemos hacer, por lo tanto, para poner el freno de mano en un mundo en constante movimiento sin que este nos lleve por delante? Smart lo tiene claro: “Conseguir una sociedad basada en el ocio probablemente requería algo parecido a una revolución”. Mientras tanto, está en nuestras manos (íntimas y privadas) intentar detener el caos que nos rodea. “Cuando tengo un momento en el que no he de hacer nada, intento detener la urgencia de encontrar algo que hacer”, explica. “Intento sentarme hasta que me interrumpen. Te sorprendería el beneficio de robar breves momentos a lo largo del día para desconectar. Una vez manejes esos pequeños momentos de desconexión, puedes construir gradualmente una tolerancia a los períodos mayores”. Barato, sencillo y efectivo, aunque conviene tener a mano un ejemplar de El arte y la ciencia de no hacer nada ante la nada descabellada posibilidad de que alguien nos llame “holgazán”.

miércoles, 11 de junio de 2014

La ciencia se retracta: crece el número de errores y fraudes

Por Nora Bär | LA NACION

Los científicos que el 18 de marzo anunciaron haber detectado ondas gravitacionales, los ecos del Big Bang ", la evidencia de que el universo pasó por un período de rápida inflación menos de un segundo después de la explosión inicial, se apuraron a festejar. Equipos independientes (uno de ellos, el del argentino Matías Zaldarriaga, que trabaja en el Instituto de Estudios Avanzados de Princeton, en los Estados Unidos) descubrieron que habían subestimado el "ruido" que introduce en las mediciones el polvo interestelar. Aunque todavía resta confirmarlo con nuevas observaciones, los especialistas ya no creen en el hallazgo.

"Parece que la gente del Bicep 2 [así se llama el experimento] cometió un error", dice Zaldarriaga, que ya dio una conferencia para explicar los hallazgos en Caltech y otra en la Universidad de Stanford, donde trabajan varios de los integrantes del equipo de investigadores.
Éste es sólo un ejemplo de un fenómeno que incomoda a los científicos: las retractaciones (retirar publicaciones por errores, falsedad o manipulación de datos) están creciendo y se producen cada vez en plazos más breves. Trabajos que llegaron a las tapas de los diarios en todo el mundo debieron ser corregidos o retirados por contener fallas graves, descubiertas por otros científicos.
Hace apenas unos días, Haruko Obokata, del Centro Riken, de Kobe, Japón, aceptó retractarse de uno de los dos controvertidos trabajos en los que afirmaba haber creado un nuevo tipo de células madre con sólo sumergir células adultas en un medio ácido durante 30 minutos. Los estudios, considerados un hito, se publicaron en Nature en enero, pero fueron atacados casi inmediatamente cuando otros científicos comprobaron que contenían imágenes manipuladas y duplicadas.
En otro paper ampliamente difundido el año pasado, investigadores de la Universidad de Oregon afirmaron haber conseguido la "figurita difícil" que se disputaban varios grupos al crear células madre específicas del paciente reprogramando óvulos hasta un estadio embrionario. Errores en cuatro datos y la acusación de que el trabajo había sido aprobado tras sólo unos días de referato, hicieron sospechar que podía tratarse de un fraude, pero este año los hallazgos finalmente pudieron reproducirse.
El primer artículo retractado por plagio se publicó en 1979. Para algunos, la multiplicación de retractaciones que se registró desde entonces es signo de una mayor exigencia de transparencia de la propia comunidad científica. Pero hay quienes dicen que lo que finalmente se da a conocer es sólo la punta del iceberg. En un artículo publicado en Nature, Richard van Noorden calcula que en la última década el número de retractaciones se multiplicó por 10, mientras el de publicaciones creció 44%. La mitad de las retractaciones se deberían a conductas fraudulentas.
Una revisión ya clásica de Daniele Fanelli en Plos One afirma que entre el 1 y el 2% de los científicos admite haber inventado o modificado datos por lo menos una vez, pero más del 30% dijo conocer a alguien que había incurrido en este modus operandi.
Hoy, la visión del científico como un ser impoluto está dejando paso a la de un personaje movido por intereses y emociones tan humanas como las del resto de los mortales.
En agosto de 2010, el periodista científico Ivan Oransky fundó con Adam Marcus el blog Retraction Watch para traer a primer plano estos casos. "Habíamos cubierto retractaciones durante años y nos dimos cuenta de que detrás de cada una había una historia que merecía ser contada", dice Oransky, desde Nueva York.
Aunque al principio creyeron que iban a publicar un post de vez en cuando, hoy están produciendo dos por día. "Creemos que la ciencia debe corregirse a sí misma -explica Oransky, director editorial de MedPage y profesor de la Universidad de Nueva York-. Si la ciencia no habla de sus faltas, lo harán sus enemigos. La verdad siempre aparece, y si simplemente ocultamos los errores y las fallas, no tendremos credibilidad."
Oransky cuenta que constantemente les dicen [a él y a Marcus] que no hagan tanto hincapié en las faltas. "Pero están equivocados -subraya-. Dicen «ok, hay errores, pero barrámoslos debajo de la alfombra». Sin embargo, no se puede seguir asegurando que los problemas no existen..."
"Creo que es un signo de los tiempos -opina Pedro Bekinschtein, investigador del Instituto de Biología Celular y Neurociencias de la Facultad de Medicina de la UBA-. Seguramente ocurría antes, pero es probable que ahora suceda con más frecuencia porque hay más científicos, y también más probabilidad de que alguien mienta o fabrique datos. Pero hay una razón de fondo que excede el simple ego de los investigadores o la intención de ser «el primero». Hay muchísima presión, sobre todo en los países desarrollados, por publicar en lo que se conoce como revistas de «alto impacto». Muchas veces es el mismo jefe de grupo el que traslada la presión a los posdocs o doctorandos, y algunos fabrican datos para congraciarse con él."
Para Alberto Kornblihtt, multipremiado investigador del Conicet, "La mentira tiene patas cortas. Si algo es cierto, debe poder ser reproducido por otros experimentadores. Cuando esto no ocurre, primero se abre la puerta a la sospecha y, luego, al escándalo. ¿Qué lleva a un investigador a cometer fraude? Afán desmedido de fama, reconocimiento de sus pares y la sociedad, viajes, mayores subsidios y dinero. También contribuyen la presión institucional o gubernamental, el mesianismo, el temor al fracaso. Pero paradójicamente, los mismos motivos que promueven el fraude ayudan a prevenirlo. Quien quiera alcanzar y mantener la fama, será mejor que se comporte honestamente, porque corre el riesgo de perderlo todo."
Pablo Argibay, director del Instituto de Ciencias Básicas y Medicina Experimental del Hospital Italiano, cree que hoy se combinan fortísimos intereses económicos. "Apenas un investigador tiene algo patentable entre manos, se acercan inversores de riesgo que aportan millones, pero quieren salir rápido del «riesgo» -dice-. Los grupos quieren publicar rápido para conseguir más recursos y para lucrar en algunos casos. A veces hablás con investigadores que tienen una especie de «alucinación» intelectual. Ven resultados donde sólo hay humo."
Para Bekinschtein, dado que el sistema "publish or perish" (publica o perece) seguirá existiendo, quizá las ciencias biomédicas deberían adoptar un sistema de repositorios de datos "crudos", abierto a toda la comunidad científica. "Así, sería mucho más difícil que una manipulación estadística o una falsificación de datos pase desapercibida", destaca.
Acerca del Bicep 2, Zaldarriaga comenta: "Después de que se presentaron los resultados,hubo peleas en blogs, rumores de todo tipo, ataques personales, idas y venidas en Twitter. Los distintos grupos «actuaron» un poco para los medios. Nunca hubiera creído que iba a ver eso en la cosmología, algo tan distante de la vida cotidiana...".
Todo indica que en lugar de ofrecer evidencias de la inflación planteada por Guth y Linde (que en septiembre recibirán en Oslo el premio Kavli, de un millón de dólares, por sus aportes) los científicos de Harvard podrían haber detectado sólo polvo interestelar. "Parece que todas las estimaciones están mal", afirma Zaldarriaga. Pero enseguida agrega: "Sin embargo, hay algo positivo en todo esto: publicar es más fácil y no es una garantía, pero cuando algo se da a conocer, hay un referato público más estricto. Son muchos más los que te están mirando".
ALGUNOS DE LOS CASOS MÁS RESONANTES
Historias en las que confluyen desde errores leves hasta invención de datos
Clonación de células
El 15 de mayo de 2013, los diarios publicaron que científicos estadounidenses habían logrado extraer células madre humanas de óvulos clonados con la misma técnica que produjo a la oveja Dolly. El estudio, dirigido por Shoukhrat Mitalipov, de la Universidad de Oregon, en los Estados Unidos, fue publicado en la revista Cell y duramente criticado por haber sido aceptado tras un proceso de referato inusualmente breve. Sólo pudo ser reproducido un año más tarde
Células madres en 30 minutos
El 28 del mes pasado, Haruko Obokata, del Centro Riken de Biología del Desarrollo, en Kobe, Japón, aceptó retractarse de uno de los dos controvertidos trabajos que había publicado en Nature y en los que afirmaba haber logrado crear células madre pluripotentes sumergiendo células adultas en un medio ácido.
Ondas gravitorias
Una colaboración internacional se apuró a anunciar en marzo (antes de publicarlo) que había tenido éxito en su intento de detectar ondas gravitacionales utilizando un radiotelescopio ubicado en el Polo Sur llamado Bicep2. Se lo consideró uno de los hallazgos más importantes del siglo, pero pocas semanas más tarde los físicos encontraron errores en el trabajo. Sugieren que lo que detectaron puede no haber sido más que polvo interestelar.
ANTECEDENTES
Clonación
En marzo de 2004, Hwang y su equipo anunciaron que por primera vez habían clonado un embrión humano. En diciembre de 2005 se comprobó que dos estudios de clonación con células madre publicados en Science se habían basado en datos falsificados y tuvo que renunciar.
Neurociencia
Una investigación interna de su universidad comprobó que fabricó y falsificó datos. Varios de sus papers, en revistas como Science y Nature, aseguraban que los primates poseen habilidades cognitivas similares a las de los humanos. Lo obligaron a renunciar a su puesto de profesor en 2011.
Psicología
Era una estrella académica y autor de varios estudios impactantes sobre comportamiento humano. Fue obligado a renunciar como decano de su facultad en 2011, después de que se descubriera que había fraguado 55 trabajos

viernes, 23 de mayo de 2014

Crecimiento económico y termodinámica.

Alvin Reyes

La energía total del Universo es una constante, la entropía aumenta hacia un máximo “
                              Rudolf Julius Emmanuel Clausius

La sociedad occidental moderna vive bajo un mito y todas las acciones de los gobiernos de esos pueblos están dirigidas a mantener ese mito vigente. El mito del progreso esta tan arraigado en la mentalidad occidental que dudo mucho que la mayoría de los lectores continúen después de esta línea.

En esta etapa de la historia en que nos encontramos el hombre ya ha conquistado todos los lugares del planeta e incluso ya se lanzó al espacio, hemos desarrollado tecnologías y avances económicos, que en termino de riquezas individuales hacen palidecer a las cortes de Europa de antes de la revolución francesa. Por todo el mundo occidental se levantan enormes edificios  en ciudades que compiten con el esplendor de la antigua Hampi, La Ciudad de la Victoria, durante el Imperio Vijayanagara  en la india, aunque ya no se construyen templos como los de Raja Raja, hoy se  construyen los templos de consumo donde los ciudadanos acuden a adorar los nuevos dioses de la moda, mecánica y la electrónica.

Y esto para muchas personas está bien claro acaso ¿No se desarrollan cada vez nuevas tecnologías que ahorran tiempo y abaratan costos?, ¿No salen al mercado cada día nuevos medicamentos, impensables, hace unas décadas, para prolongar la vida de los seres humanos? Y los automóviles de hoy, ¿acaso son comparables a los automóviles que cruzan las calles hoy con los de hace treinta años, no digamos ya con los coches a caballo? Entonces ¿de dónde salimos nosotros con la idea de que el progreso es un mito?.

El problema con el estado actual de la economía es que se nos ha vendido la idea de que el progreso es lineal, indetenible e inacabable.  Tarde o temprano una sociedad que haga las cosas de manera “correcta” transitara  por la senda del progreso y lo hará indefinidamente para felicidad de todos los ciudadanos. Pero nosotros tenemos un problema con este planteamiento.

El mundo orgánico  nos enseña que la naturaleza tiene sus  leyes muy definidas y que nosotros, en cuanto humanos, estamos sometidos inexorablemente a esas leyes. Y uno de los problemas con el proceso y el crecimiento económico infinito, para felicidad de toda la humanidad, es que se ha olvidado de las lecciones del mundo orgánico y de la naturaleza. Así nos dice Lewis Mumford que “A diferencia de los modelos orgánicos del movimiento a través del espacio y el tiempo, el ciclo del crecimiento y la decadencia, el movimiento de balanceo del bailarín, la exposición y el retorno de la composición musical, el progreso era un movimiento hacia el infinito, un movimiento sin perfección ni fin, un movimiento por el movimiento”. (Lewis Mumford. Técnica y Civilización. Alianza editorial 1992. Pág 207).

Es por eso que la doctrina del crecimiento económico choca de frente con una serie de leyes fundamentales de la naturaleza como son las leyes de la termodinámica. Tenemos un sistema económico mundial dominante que para mantenerse en funcionamiento requiere de un crecimiento infinito. Pero para mantener ese crecimiento infinito se necesita energía para mantener la maquina en funcionamiento produciendo todos los bienes de consumo que, al venderse, generaran las ganancias económicas que mantendrá el ciclo cerrado de producción-consumo-ganancia. Este planteamiento choca de plano con la primera ley de la termodinámica.  Como dice Michael Rupert en el documental “Colapso” Toda la economía global no se puede mantener. Requiere un crecimiento infinito......pero un crecimiento infinito choca con una energía finita. La primera ley de termodinámica: La energía no se puede crear ni destruir.”

O sea lo único que podemos hacer es transformar una forma de energía en otra. Así podemos quemar la energía solar acumulada en los fósiles para poder mover el mundo, pero no podemos de ninguna manera crear energía de la nada cuando se acabe el petróleo. Lo mismo con la energía nuclear, lo que hacemos es transformar la energía que une los átomos en calor para calentar agua que mueve unas turbinas. No podemos crear cuando las fuentes empiecen a agotarse y además en cada proceso un cantidad de energía se desperdicia, se hace inutilizable.

La segunda ley de la termodinámica nos dice que   en toda transformación de energía una porción de la misma se degrada y se convierte en “energía de desecho”. La “energía de desecho” no está disponible y se pierde. Por ejemplo cuando se utiliza la  gasolina en el motor de un automóvil, una parte de la energía realiza trabajo útil, para mover los pistones, otra porción calienta el motor y el entorno, y la parte restante sale por el tubo de escape. La energía útil se degrada a formas no útiles y no está disponible para realizar de nuevo el mismo trabajo, como impulsar otro automóvil.

La idea de que la energía ordenada tiende a transformarse en energía desordenada está contenida en el concepto de entropía. La entropía es una medida de la cantidad de desorden. Si el desorden aumenta, la entropía aumenta. La segunda ley de la termodinámica establece que en los procesos naturales la entropía aumenta siempre a la larga. Las moléculas de gas que escapan de un frasco pasan de un estado relativamente ordenado a un estado desordenado. Con el tiempo, las estructuras organizadas se convierten con el tiempo en ruinas desorganizadas. Las cosas se echan a perder por sí solas. Siempre que se permite que un sistema físico distribuya libremente su energía, lo hace siempre de tal modo que la entropía aumenta y la energía disponible en el sistema para realizar trabajo disminuye. 

Así que estamos viviendo en un esquema de desarrollo económico y financiero que exige para mantenerse de un crecimiento infinito. En un mundo de energía finita y de entropía en aumento este paradigma choca contra algo más poderoso que el dinero. Más nos vale que le hagamos caso a Adam Smith y gastemos de manera prudente ante de que las leyes de la termodinámica nos hagan pagar caro nuestro gasto sin freno de energía.

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