domingo, 24 de marzo de 2019

EL TRIUNFO DE LA MAQUINA.


Alvin Reyes

La mayoría de las personas que se han preocupado por los fenómenos sociales han estudiado la historia en términos de sistemas políticos. Hemos creído que la historia es una sucesión de ciclos, cada uno único y que este genera dentro de si las contradicciones que han producido el siguiente, de esta manera el feudalismo produjo las condiciones para el surgimiento del capitalismo y los marxistas profetizábamos que el capitalismo daría paso al socialismo y este evolucionaria, de manera gradual, al comunismo.

Me costó años de estudios y encontrarme con Lewis Mumford entender que solo ha existido un único sistema que ha dominado la humanidad y que ha tomado diferentes formas a través de la historia hasta llegar a la perfección y culminación, al día de hoy, de su triunfo absoluto. El sistema que ha dominado siempre lo llamamos: LA MAQUINA.

¿Qué es la maquina? En “Técnica y Civilización” Mumford explica “Cuando use el término “la maquina” me referiré como una referencia abreviada a todo el complejo tecnológico”[Mumford, Lewis (1971). Técnica y Civilización].Los primeros hombres surgidos de los grupos de cazadores recolectores se convirtieron, por mandato divino, en los primeros reyes de la tierra y fueron estos reyes y faraones los que construyeron la primera gran maquina: La megamáquina, hecha puramente de partes humanas intercambiables. “Sólo los reyes, asistidos por las disciplinas de las ciencias astronómicas y respaldados por las sanciones de la religión, tenían capacidad suficiente para juntar y dirigir esa megamáquina, que era una estructura invisible, compuesta de partes humanas, vivas, pero rígidas, aplicada cada cual a su tarea específica, a su trabajo, a su función, para realizar entre todas las inmensas obras y los grandiosos designios de tan enorme organización colectiva.”[Lewis Mumford (1967). The Myth of the machine].

Luego de que aprendimos a usar esta megamáquina, con el paso del tiempo, las invenciones mecánicas nos fueron dando un dominio absoluto sobre la naturaleza y el resto de los seres vivos; pero al aprender a dominar la naturaleza y ponerla a nuestro servicio aprendimos también a dominar a otros hombres y es desde esa época que datan las primeras guerras en busca de esclavos. Así llegó este sistema mecánico a dominar por completo todas las facetas de la humanidad. Esta megamáquina se alimentaba de la esclavitud y de la conscripción, lo que se lograba no sin gran esfuerzo y a lo largo de la historia están los ejemplos de rebeliones de esclavos que enfrentaron los primeros reyes que dirigieron la megamáquina.

En épocas anteriores para mantener este dominio, como se señala arriba se necesitaba de vigilancia y conscripción para perpetuar el domino de los reyes, emperadores, de los administradores, de  los sacerdotes de la máquina, por eso siempre hubo rebeliones, revoluciones, derrumbes de imperios. Por ejemplo a mediados de los años sesenta el mundo estaba convulso. La guerra fría estaba en su punto más álgido. La guerra de Vietnam quemaba las selvas de Indochina, el conflicto árabe-israelí empezaba para no terminar nunca, América Latina estaba preñada de revoluciones, los marines andaban en las calles de Santo Domingo y, entre otras cosas, se agudizaban las luchas raciales de Estados Unidos. Pero a diferencia de lo que ocurre hoy la gente se preocupaba, pensaba, leía, actuaba. La gente se arriesgaba, daba su vida por lo que creía, Cassius Clay fue a la cárcel por no ir a Vietnam. La máquina necesitaba vigilancia 24 horas sobre sus “enemigos” para poder seguir ejerciendo el dominio.

Pero la tecnología fue avanzando, nuevos métodos de dominio, de control, fueron apareciendo y la máquina empezó a moverse y nos dio la televisión en colores, la minifalda, la píldora anticonceptiva y el cine dejo de ser una obra de arte, convirtiéndose, a la sombra de “La Guerra de las Galaxias”, en un vacío ejercicio de entretenimiento. Más adelante las computadoras personales, el internet y los celulares “inteligentes” lograron que la gente se apartara del mundo, las decisiones que toman los grandes bancos y corporaciones no son cuestionadas por nadie, o por una minoría, mientras los seres humanos danzan en  movimiento monótono y ritual con sus artilugios técnicos y su búsqueda del placer vacío y sin sentido.


“Todo bien” dice la gente creyendo que estar bien es pasarse una noche metido en un bar  compartiendo con amigos a los que no les ve las caras por estar pegados todos a una pantalla. Aquí en dominicana existen dos frases que reflejan hasta donde ha llegado el dominio de la máquina sobre el cerebro: “Hoy se bebe” y “Hoy es viernes y el cuerpo lo sabe” lo demás no importa aunque nuestro país atraviese una de las peores sequias de su historia, mientras sea viernes y se beba a nadie le importa si llueve o no. Y el sexo, ese placer, ese deleite que nos acerca a los dioses, ha perdido todo su misterio para convertirse en un deporte donde ya no se valora el suave placer de las caricias si no la cantidad y potencia de los polvos.

Más allá de las pantallas de los juguetes el mundo se desangra, las selvas se reducen, las guerras aumentan. Y la gente no hace nada. Y en verdad ya no me importa que nadie haga nada, estoy plenamente consciente y convencido de que los seres humanos que pueblan este planeta, con la única excepción de las tribus y de algunas regiones rurales del globo, son un ejército de autómatas fabricados en serie por un sistema eficiente que convierte hombres y mujeres pensantes en imbéciles. El rebaño.

Al prometer placer infinito la maquina se permite mantenerse en funcionamiento, por lo tanto un buen ciudadano modelo debe de ser inconforme y siempre desear más. Si usted tiene varios pares de zapatos y sale un estilo de moda nuevo, no lo piense dos veces, colección de temporada, cómprese los nuevos. La máquina seguirá respirando y así el año que viene o en seis meses lo sorprenderá con unas zapatillas de ensueño. Sea un buen cordero y cómprelas.

El miembro del rebaño no puede ser un conformista. No es posible que usted posea un Iphone 5  cuando ya está el 7 en el mercado. El cordero debe ser el motor, debe hacer lo necesario para mantener el ritmo de desarrollo de la máquina no importa que su auto 2015 este en buenas condiciones, su deber es cambiar al modelo 2019.

Bajo estas condiciones la máquina ya no necesita más vigilancia, la sociedad de control está establecida sobre nuestra propia complicidad. Imitamos valores que nos imponen el cine y la industria de la música, los jóvenes que andan por nuestras calles parecen maniquíes rodantes disfrazados de los esquemas impuestos por los artistas que idolatran.

Nunca como ahora la sociedad había sido tan opulenta sin embargo esta también es la época de mayor desigualdad en la historia, estamos en guerra los 365 días al año, el planeta por todos lados está herido de contaminación, las enfermedades como el cáncer, el Alzheimer y la diabetes arropan a los seres humanos de las prosperas urbes occidentales. No existe ninguna salida para esto salvo la que imponga la máquina, si ella entiende que un exterminio de media población es necesario para su supervivencia, ese extermino habrá de ocurrir, sucederá no lo que algunos deseamos que ocurra, será lo que decida la máquina, para ello ha triunfado.


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