Los únicos que han logrado
dominar y dirigir a su antojo a la maquina fueron los reyes antiguos, los faraones.
Porque la crearon por obra y mandato de los dioses y para el culto a su propia
personalidad de semidioses. Pero una vez la maquina rebasó su misión religiosa,
una vez salió del monasterio todos y cada uno de los gobernantes en mayor o
menor medida han estado al servicio de la máquina, o lo que es lo mismo en búsqueda
del poder y el dinero que son el combustible de esta.
Por eso es que ustedes ven
que los presidentes, como en el caso de Obama, suben con muchas expectativas pero
después no pueden hacer otra cosa que obedecer a sus verdaderos jefes: los amos
y señores de la máquina. Los gobernantes ocultos los que viven por y para la
gloria del dinero. Así también el héroe mediático de hoy, Putin, si bien es
cierto que su gestión evitó una catástrofe, momentáneamente, no es menos cierto
que no lo hizo por amor al pueblo Sirio si no porque este así es un socio estratégico
para Rusia.
Todas las acciones y
movimientos de los gobiernos planetarios están dirigidos única y exclusivamente
satisfacer las necesidades de riqueza y poder de los sumos sacerdotes de la religión
de la máquina. Los jefes de estado que han intentado, de alguna manera, oponerse
a los designios omnipotentes de la máquina, han sido barridos del poder e
incluso asesinados.
Por eso vuelvo a repetir aquí,
y no creo estar muy equivocado, en que la lucha nuestra debe centrarse en quitarle
el combustible a la máquina. Pero ese es un tema muy amplio. Requiere de un
renacer del hombre, colocar de nuevo al ser humano en el lugar que le
corresponde. Por encima del lujo, el dinero, el derroche, el hedonismo y sus
consecuencias.
El tema es bastante amplio
por lo que la lucha contra las ataduras de la máquina lo abordaré en otra ocasión
con un materia que es más amplio y está casi terminado
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